Excmo. Sr Luis Planas
Ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación
Madrid.
Excmo. Sr.
Las informaciones del daño que podría ocasionar la plaga del ‘Cotonet de Sudáfrica’ llamada aquí en España ‘Cotonet de les Valls’, han sido remitidas con tiempo suficiente para que se tomarán decisiones con el fin de no perjudicar el sector citrícola.
Nada de ello se ha tenido en cuenta por ese ministerio, y nada se ha hecho para remediar el daño que los citricultores ya presumían, conocedores de los estragos que causa dicha plaga y la carencia de formulados para controlarla, después de que se prohibiera el uso de las únicas materias activas eficaces para su control, Clorpirifos y Metil-Clorpirifos.
Pero mientras tanto, es de justicia, que quienes han propiciado con sus informes la desaparición de las únicas materias activas con las que podíamos controlar el Cotonet de Sudáfrica, asuman los daños del sector y se compense económicamente las pérdidas de los citricultores.
Teniendo en cuenta estas circunstancias a la vista de los graves daños que sobre la citricultura valenciana se están evidenciando, y a tenor de las advertencias realizadas por escrito por distintas asociaciones que fueron desatendidas por su Ministerio, desde FNAI, estamos estudiando las acciones judiciales pertinentes contra el Director General de Sanidad de la Producción Agraria, Sr Valentín Almansa, responsable de los informes que avalaron la prohibición, por si tuvieran algo que ver con la omisión de solicitar la prórroga del Metil Clorpirifos por el tiempo necesario, hasta que tuviera un sustituto efectivo, ya sea biológico o químico, y por los daños que esta actuación ha provocado.
Pero la aparición de la pandemia del COVID-19, con todas sus nefastas consecuencias, también nos ha deparado sorpresas y ha tenido una relación causa-efecto a las que se ha intentado manipular, silenciando sus resultados que es necesario resaltar.
El confinamiento por la declaración del estado de alarma el 14 de marzo pasado, ha recluido en sus casas a los ciudadanos dejando las ciudades desiertas, las fábricas e industrias paradas, escasos aviones surcando el cielo, descenso muy significativo del tránsito marítimo, cierre de factorías, carreteras, autopistas, autovías prácticamente sin circulación. Esta paralización momentánea de la actividad humana en las ciudades, con los “humanos” recluidos en sus casas ha dado un respiro a la naturaleza, o mejor dicho nos ha dado un respiro a los seres humanos.
Pero todos no han paralizado su actividad, los agricultores seguían trabajando para llevar alimentación a las poblaciones confinadas, estaban al “tajo” antes de salir el sol, seguían regando sus parcelas, seguían abonando la tierra, seguían haciendo tratamientos fitosanitarios para control de las plagas, algunas veces pasando de la legalidad para no perder sus cosechas. Los ganaderos cuando todavía está oscurecido llevan el pienso a sus ganados, recogen el estiércol que después también sirve de abono a sus tierras, revisan el bienestar y la sanidad de sus animales, carne, leche, huevos que salen de sus granjas y sus parcelas para que las personas confinadas en sus casas puedan tener el abastecimiento o diario de alimentos. Contribuyen a mantener agrosistemas de los que forman parte y aprovechan cuanto pueden los pastos naturales, teniendo menos dependencia de productos agrícolas como los cereales y la soja.
El sector primario con su actividad ayuda a prevenir los incendios forestales y son respetuosos con la naturaleza que es la única compañía que tienen en su entorno. No, no han parado su actividad ni un solo día y sin embargo el aire se ha vuelto más limpio, reduciendo en más del 60 % el anhídrido carbónico en la atmósfera, ciudades como Barcelona han reducido los niveles de dióxido de hidrógeno un 83%, en China, en Italia y otros países también se han visto beneficiadas del aumento de la pureza de la atmósfera por esta reclusión. Las aguas se han vuelto transparentes en mares, lagos y ríos, y los campos y bosques han recuperado su esplendor. La naturaleza animal se ha adueñado de las ciudades, se han podido ver jabalíes en pleno centro de algunas, así como patos silvestres, osos en poblaciones cercanas a las montañas, pavos reales y cabras montesas paseando tranquilamente, los peces han vuelto a ríos y los delfines hasta merodean por las dársena de los puertos. Madrid, Barcelona, Chinchilla, San Sebastián, París, Santiago de Chile son algunos ejemplos de la rebelión de la naturaleza que ha vuelto a ocupar, aunque sea momentáneamente, lo que los seres humanos les habíamos desposeído. Plantas que han florecido a orillas de carreteras y calzadas, y pájaros con sus trinos y mariposas con sus vistosos colores han venido a alegrar a los recluidos en sus viviendas. Y las abejas, que son tan importantes para la polinización, han aparecido con nuevos enjambres por doquier, hasta el extremo que los apicultores han declarado que este año se van recolectar el doble de miel que el pasado año.
El sector primario denostado hasta la extenuación, y vilipendiado sin ningún respeto, que ha cumplido con creces las demandas de la sociedad recluida en sus casas, mientras seguía cultivando sus tierras y criando el ganado, se ha ganado el derecho de hablar alto y claro, porque la naturaleza, que no acepta sobornos ni entra en puertas giratorias ni cobra ni paga peajes, la única que habla científicamente sin engaños y sin manipulaciones ha venido al rescate de los que siempre se han preocupado por el bienestar animal más que cualquier grupo animalista, ha venido al rescate de los que miman sus cultivos con respeto al entorno y al medio ambiente porque saben la importancia que ello tiene, más que cualquier grupo ecológico de salón. Y después de más de dos meses de confinamiento la realidad se ha impuesto sobre las patrañas de grupos ecologistas y verdes que siguen tenido el marrón dentro, se ha impuesto sobre los delincuentes de guante blanco que siguen los dictados de lobbies y grupos corporativos y que legislan normas que llevan al abandono y ruina a agricultores y ganaderos.
No, el sector primario no es el culpable de la contaminación, ni del cambio o emergencia climática, y por supuesto la prohibición del uso del Clorpirifos y Metil-Clorpirifos ha sido una jugada sucia de la Comisión de Agricultura de la Unión Europea que ha dejado al sector indefenso ante los daños de la plaga Cotonet de Sudáfrica.
Cuando todavía faltan casi cuatro meses para la campaña, ya podemos observar el desastre que se nos viene encima. El ‘Cotonet de Sudáfrica’ campa a sus anchas sin que se le pueda controlar. Mintieron quienes publicaron formulados autorizados que lo controlaba, mintieron los que afirmaron que hasta el mes de junio no se tenía que tratar la plaga por la posible mortandad de las abejas, y sin embargo con la reclusión de las personas las abejas construyen sus enjambres hasta sitios inverosímiles.
¿Quiénes se harán responsables del desastre que todos vemos venir? ¿La Comisión de Agricultura o el Parlamento Europeo?, que solo saben cobrar sus escandalosos sueldos, practicando una política de exterminio del sector primario.
¿El Gobierno español, que no ha tenido ni un solo ministro desde 1980 que se ensucia los zapatos con la tierra de los campos? Que es cómplice y copartícipe del exterminio del campo, y son los culpables de haber firmado tantos acuerdos de Libre Comercio con terceros países que nos están perjudicando.
¿La EFSA, que ya demuestra sus turbias aspiraciones cuando dictamina sin haber finalizado la evaluación los riesgos para el medio ambiente.
¿Son los grupos ecologistas que viven a costa de cuantiosas subvenciones, pero no salen a limpiar bosques, campos, ríos, barrancos o playas de lo que ensucian los ciudadanos, no los agricultores y ganaderos?
Sabe lo que piensa un agricultor cuando después de seguir recomendaciones oficiales para el uso de los fitosanitarios, se encuentra con que en su parcela los daños por el ‘Cotonet de Sudáfrica’ alcanza porcentajes que hace inviable su compra y su comercialización. Aprieta los dientes para que las lágrimas no resbalen por sus mejillas, y una rabia contenida le altera el pulso, y maldice a todos los políticos de la UE y de España, que no han sabido defender el sector de los cítricos pero si hacerse la foto en tiempo de elecciones.
Adjuntamos un informe que esperamos tome en consideración, no es un subida de adrenalina, es la realidad de lo que está ocurriendo en el sector primario, por más que los políticos quieren disfrazar la pérdida de su propia credibilidad y de las instituciones. Solo quedan dos soluciones para evitar que el cultivo de cítricos, en las zonas donde ha hecho su aparición el ‘Cotonet de Sudáfrica’ se paralice y se termine por abandonar: La suelta masiva del parasitoide “Anagyrus aberiae” y la autorización temporal del Clorpirifos y Metil-Clorpirifos, mientras no se consiga controlar esta plaga.
Atentamente.
A 17 de junio de 2020
Fdo. Federación Nacional de Asociaciones Independientes. F.N.A.I.
Compuesta por las siguientes asociaciones:
AUPA.- Autónomos Unidos Para Actuar
Asociación Para el Desarrollo y la Innovación “BIOTECH RURAL”
Unión de Agricultores independientes UAI Almería
Asociación Mujeres Rurales del Raiguero (Murcia)
Asociación Agricultores de Moncofar
Valle Del Jerte y Comarcas Vecinas Extremadura
ADARIBERA Asociación en Defensa de la Agricultura de la Ribera
Asociación de Agricultores de Nules AAN (Castellón)
Asociación de Agricultores y Ganaderos Libres. Zamora
Asociación Provincial Agricultores de la Clementina APAC
Agrupación Rural de Regantes del Raiguero (Murcia)
Unión y Fuerza Transportistas UyF
Asociación de Llauradors Independientes de Villarreal. ALIV
Asociación de Agricultores Costa Noroeste de Cádiz
AZEPAL. Plataforma de Afectados por Zonas de Especial Protección de Aves.
Asociación Comarca de la Vera Norte de Extremadura.