La amplia experiencia de Projar como fabricantes de sustratos y productos de fibra de coco, les ha permitido conocer el comportamiento de esta materia prima en el suelo hortícola. Su asesoramiento técnico en campo les convierte en la única empresa de tecnología hortícola que ofrece un servicio integral que aúna producto y apoyo técnico.
Actualmente, la mayor parte de los productores agrícolas necesitan mejorar las propiedades y la estructura del suelo donde se quiere cultivar. Esta necesidad surge principalmente por lo que se conoce como ‘fatiga del suelo’, provocada por el efecto del monocultivo, una práctica que ha provocado que la mayoría de los suelos hortícolas sean deficientes en materia orgánica, afectando directamente a la abundancia y diversidad microbiana y, a su vez, favoreciendo la ruptura de los agregados del suelo.
Por eso, y ante la aparición cada vez más frecuente de suelos agrícolas pobres y poco idóneos para el cultivo, la incorporación de placas de fibra de coco directamente al terreno se ha convertido en una práctica extendida entre los agricultores por la materia orgánica que la fibra aporta al suelo, además de otras muchas ventajas, como un equilibrio del ratio agua/aire.
No obstante, no todos los suelos hortícolas tienen las mismas características ni, por lo tanto, las mismas necesidades. Por eso, Projar ha desarrollado distintas mezclas de fibra de coco para satisfacer las necesidades del cultivo según las propiedades del suelo.
“Ser fabricantes de sustratos y productos de fibra de coco nos ha ayudado a entender y conocer cómo se comporta esta materia prima cuando es incorporada al suelo agrícola. Gracias a nuestra experiencia y nuestro conocimiento en este ámbito, nuestro equipo técnico ha desarrollado distintas mezclas, dependiendo de las características del suelo, del nivel de tecnología disponible en el cultivo y de la climatología de la zona”, explica Juan Manuel García, Product Manager de Projar.
La fibra de coco ha demostrado favorecer el desarrollo vegetativo y mejorar la producción hortícola gracias a que aumenta la oxigenación y la disponibilidad de agua en el suelo, sirve de reservorio de nutrientes, facilita el manejo del riego, adelanta la producción y permite realizar el trasplante sin estrés. Con todo, las placas de fibra de coco de Projar intentan suplir las carencias de cada suelo y aumentar el rendimiento productivo del cultivo.
Una de las apuestas de Projar es la placa de fibra de coco Balance, pensada para suelos pesados donde la capacidad de aireación es limitada. Su composición ha sido diseñada para las plantas sensibles a la asfixia radicular. Por ello, lleva un 30% de chips y un 70% fibra de coco. La presencia de chips, además, garantiza la aireación y oxigenación de las raíces a partir de los tres años, evitando que la placa pierda en volumen.
Por otro lado, la placa de fibra de coco Standard está diseñada para su incorporación a suelos con poca retención hídrica. Su composición 100% de fibra de coco confiere al cultivo una mayor capacidad de retención de agua y nutrientes, lo cual aumenta el reservorio y la disponibilidad hídrica a las raíces de las plantas.
Con una fábrica de sustratos ubicada en Almería y dos fábricas de procesado de fibra de coco en India y Sri Lanka, Projar se ha convertido en empresa de confianza de muchos agricultores a la hora de mejorar el suelo agrícola y conseguir mayores rendimientos productivos. No sólo fabrican y entregan el producto, sino que también dan asesoramiento técnico al productor para encontrar la mejor solución a su cultivo. “Muchos productores se sienten respaldados porque no sólo les ayudamos a encontrar la solución adecuada a su cultivo, sino que también le asesoramos en la implantación y realizamos un seguimiento pos-entrega para asegurarnos de que todo se desarrolla según lo previsto”, añade García.