La Estación de Viticultura y Enología de Navarra (EVENA), entidad de investigación dependiente del gobierno foral, está asentada en la localidad de Olite, que como describíamos en el post anterior es referente en la cultura navarra del vino. Con esta visita hemos reforzado nuestro vínculo con el sector vitivinícola, tanto a nivel agronómico como enológico, sobre todo con la cata de degustación con la que finalizamos el recorrido. Te lo contamos.
Ramiro Vélez, encargado de las parcelas de ensayos, e Iker Tres, ingeniero técnico, nos reciben y nos acompañan en el itinerario por las instalaciones y también en la visita a campo a un área a pocos kilómetros de 8 hectáreas, dividida en 16 sectores, y en la que realizan ensayos agronómicos de lo más variado.
Ensayos con cubiertas vegetales para evitar los herbicidas; otros para evaluar el comportamiento de diferentes portainjertos en suelos calcáreos (pies tolerantes a la filoxera, plaga que en su día casi deja sin vides a nuestro continente); otros ensayos sobre enfermedades de la madera, siendo la yesca la más destacada, además de oídio y mildiu (en zonas húmedas); o ensayos en fertilización para estudiar vigor, producción o si se puede alargar el ciclo vegetativo; distintos postes para emparrar la viña; o pruebas con difusores de feromonas – ‘biodegradables – para confusión sexual con la idea de disminuir la población de la ‘polilla del racimo’.
Fertirrigación
Entre los muchos ensayos que se están llevando a cabo hay uno de ellos que requiere capítulo aparte, dado que el agua es un bien tan preciado como escaso y sin el cual nada es posible. La empresa agrotecnológica BrioAgro, de la que hemos hablado anteriormente por el uso de sus equipos entre agricultores de la SAT Costa de Níjar en Almería (pinchar aquí para leer más), tiene instalado un equipo de monotorización en esta finca de ensayos.
La optimización en el uso del agua y su mejor aprovechamiento hídrico es una cuestión clave en cualquier actividad agrícola, incluida la viticultura. La estación de control climático de BrioAgro aporta datos sobre el suelo, sensores a 30 centímetros de profundidad (datos sobre conductividad, temperatura y humedad) y a 45 cm (datos sobre humedad). Dispone el equipo también de sensor de luminosidad; sensor sobre humedad relativa y temperatura ambiente; y un sensor específico para viñedo, que evalúa la humectación de la hoja.
Información que sirve para conocer las condiciones en las que se encuentran las raíces en cada momento y así saber cuándo y cuánto regar. Información, que al ser abundante y heterogénea, sirve también para tomar decisiones en cuanto a la fertilización de las vides. Esta estación de control se ha convertido en una herramienta agronómica de gran utilidad en consonancia con la llamada “agricultura de precisión”.
Otros ensayos
Las leguminosas, que ayudan a fijar nitrógeno, están en el centro de otros interesantes ensayos en esta finca. El uso de trébol blanco para evitar malas hierbas y que a su vez no compita con la viña.
Ramiro e Iker también nos comentan el proyecto de recuperación de variedades autóctonas. La uva tinta Graciano es una de dichas variedades. La Estación de Viticultura y Enología de Navarra (EVENA) contribuye a recuperar la viticultura en zonas donde se había perdido la viña, asesorando a productores y bodegueros; y al mismo tiempo embelleciendo el entorno natural.
Con la enóloga
Finalizamos la jornada en la bodega de EVENA, donde su encargada, la enóloga Karmele Jimeno, nos explica el proceso que se sigue desde que llega la uva y acaba todo en el etiquetado final. Por poner un dato, el año pasado hubo 150 variantes o experiencias, se hacen quince embotellados de cada experiencia, aunque de esos caldos siempre hay una selección para continuar con los mejores.
Ana y yo hemos tenido la suerte de aprender con una cata en la bodega de esta estación, en realidad se hacen catas semanales con variados perfiles. Karmele nos muestra el cementario o el nicho donde están algunos de estos caldos, nos explica que el EVENA embotella los vinos del gobierno foral para actos institucionales, también nos señala las diferencias entre el roble americano y el francés o nos comenta cómo con el cambio climático hay uvas que no maduran bien variando el grado alcohólico, elevando o bajando la acidez. En resumen, una rica e interesantísima conversación con la enóloga que cerramos probando un vino blanco, un rosado y un tinto y sobre todo aprendiendo un poquito a saber disfrutar y apreciar sus singularidades.