A través de la firma tecnológica BrioAgro la SAT almeriense Costa de Níjar ha comenzado a implementar sistemas de fertirriego para optimizar el uso del agua con los consiguientes beneficios para el agricultor, como pueden ser el ahorro, la uniformidad de frutos o problemas como el de la conductividad, entre otros.
Visitábamos recientemente el invernadero de José Nieto que tiene instaladas cuatro sondas, dos de suelo y dos aéreas, para conocer un poco más de cerca la tecnología de BrioAgro. El concepto es la automatización del riego, hecho de un modo racional, en contraposición al riego hecho a tanteo, intuitivo y no sujeto a datos técnicos. “Por mi experiencia estos sistemas de fertirriego ayudan a evitar fusarium y problemas de raíz”, describía José Nieto, “y en mi caso particular me ha ayudado a controlar la conductividad”.
El control de la conductividad se puede acometer a través del abonado o del riego. José Nieto lo hace a través del riego. “Por ejemplo, dando 5 minutos más”, señalaba.
Durante la visita a esta finca nos acompañaba el presidente de SAT Costa de Níjar, Antonio Rodríguez Morante; el técnico Gervasio Tapia; y el hermano de José Nieto, también agricultor, Javier Nieto.
En la explotación, cultivo de tomate en ecológico, se trabaja con dos sondas (a 15 y 30 centímetros de profundidad) para medir temperatura del suelo, volumen de agua y conductividad. A través de la central de BrioAgro se envían los datos, que se recogen en el invernadero, al móvil del propio agricultor.
En este mosaico de recopilación de datos de campo, que supone la llamada ‘agricultura de precisión’, también hay que hablar del sensor de temperatura y humedad, y del sensor de luz. Este último, por ejemplo, ayuda al agricultor a evaluar cuando hay o no que blanquear las cubiertas del invernadero. Indica referencias lumínicas por encima de las cuales se encala, se quita o se deja.
El agricultor puede crear su propio sistema de alarmas relativo a la conductividad, la humedad de riego o la temperatura.
José Nieto nos mostraba su móvil, una auténtica herramienta de trabajo, en la que observamos diferentes gráficas a las que hay que atender según el rango, la capacidad de campo de su invernadero. Dichas gráficas, de distintos colores, le muestran al agricultor el límite inferior/superior para ajustar sus riegos al óptimo, según el rango de cada caso. “La tendencia que tenía antes era regar de más, pero ahora ya ajusto el riego a lo que me indican las gráficas”, comentaba José Nieto, “antes regaba a ciegas, pero ahora ya no; y puedo controlar la conductividad con la sonda del suelo”.
Riego por demanda
Este agricultor nijareño tiene además activado el riego por demanda. Se activa por el móvil y riega con el programa, de modo que cuando se baja el límite configurado inferior de riego, “se activa el riego”.