Ayer jueves el recinto ferial de Motril echaba el cierre a la entrada de más contenedores de pepino, medida que en la práctica ponía el punto y final a casi una semana de retirada en la costa de Granada. A lo anterior se sumaba en Almería el encuentro de las comercializadoras en la mesa de la Interprofesional, una reunión “fallida” en el sentido de que no se daba luz verde a una retirada conjunta y organizada por parte de las empresas.
Así que los agricultores que por cuenta propia han estado retirando pepino durante casi una semana ayer se topaban con una doble barrera, esto es, el cese de colaboración por parte de ayuntamientos y empresas comercializadoras. Esta falta de apoyos ha supuesto el fin de las retiradas de pepinos por los bajos precios, cuantificándose hasta ahora una retirada muy superior a los dos millones de kilos.
Pero, ¿ha servido de algo? Pregunta simple, pero de difícil respuesta.
Ahora llega el momento de plegar velas y reflexionar sobre los acontecimientos vividos en los últimos días. Muchos interrogantes se plantean a los diferentes eslabones, desde el agricultor pasando por sus asociaciones agrarias hasta sus empresas comercializadoras.
En el lado positivo de la balanza, esgrimen algunos de los agricultores que han participado de las retiradas, estaría la unidad de acción que han llevado a cabo los productores de la costa de Granada, acercando posturas y sensibilidades más que nunca los agricultores de Castell de Ferro y Carchuna, localidades que no siempre han estado tan cerca como lo están ahora. Sus agricultores, claro.
Las imágenes adjuntas corresponden a la última reunión celebrada este pasado miércoles noche el pabellón cubierto de Carchuna (Granada).