Ya tenía yo ganas de conocer en persona a José Domingo Navarro Escribano. Después de varios años de contacto virtual, a través de las redes sociales y del teléfono, hace unos días Ana y yo quedábamos con él en la puerta de la Hortamira, cooperativa de la que su familia es socia.
Estamos en la comarca agrícola del Mar Menor en Murcia. San Javier y pedanías como El Mirador conforman la zona pimentera bajo plástico de esta región vecina. El modelo también es familiar, bastante distinto a lo que estoy más acostumbrado a ver en las grandes producciones de hoja que a cielo abierto jalonan el resto del campo de Cartagena.
José Domingo es muy activo en redes sociales, referente del agro de Murcia, un influencer, como se suele decir en el lenguaje digital. Pero esta vez estamos bajo el invernadero, no frente a un dispositivo tecnológico, y lo hacemos recorriendo una primera finca de arco, con una doble cámara de plástico, que se retira en marzo/abril cuando ya hace calor; con mallas rojas y plateadas para controlar la radiación, según el momento; y con tensiómetros para el riego. Y es que José Domingo me deja muy claro que ahora mismo el problema es el agua. De ahí la apuesta por el fertirriego para ahorrar en un recurso tan escaso.
Al rato llega su padre, también José Domingo. A los pocos minutos de conversación me explica que los precios ahora no importan porque “sin agua, nada”. Según avanza la charla voy comprendiendo la gravedad de la situación hídrica en Murcia, lo que explica que se hayan trasladado producciones de brócoli a Extremadura y que pueda ocurrir lo mismo con otros cultivos hacia otras regiones. “No hay agua”. Sin trasvase y con los pozos bajo mínimos, la situación es de S.O.S.
Ahora puedo entender con absoluta nitidez los motivos que empujan a la manifestación que esta misma semana, el miércoles 7, se celebrará en Madrid reclamando agua para el Levante español. La zona más castigada es Murcia, pero el peligro también está en el sur de Alicante y en el norte de Almería.
Ecológicos desde 2003
La familia de José Domingo hace producción ecológica desde 2003. Pese al problema del agua, siguen con ahínco haciendo cultivable su tierra. Después de recorrer el multitúnel fuimos a ver otro invernadero más antiguo con una estructura tipo parral. En ella me mostró José Domingo cómo han adecuado el terreno exterior para poder aprovechar, como en un pluvial, el agua de lluvia que corre por el camino escorrentía hacia abajo. Hasta la última gota. Con ingenio.
Luego ya estuvimos viendo los pimientos, californias rojos y amarillos. Como veis aún se ven pequeños, pero es porque este año han hecho el trasplante más tarde que nunca, algo inusual y puntual en la explotación de esta familia. En realidad, los trasplantes de pimiento se realizan desde noviembre hasta la víspera de Noche Buena, los más tardíos. La familia de José Domingo, que han constituido Mirafresh Organic, llevan su ciclo ecológico de pimiento hasta la segunda semana de agosto; aunque los productores de convencional pueden alargar el ciclo hasta octubre. Alrededor de nueve meses de cultivo de pimiento.
Desde hace unos año dentro del invernadero cultivan brócoli, pero lo hacen como rotación de cultivo con el pimiento. Por otro lado, también practican el abonado en verde, trituran los restos e introducen materia orgánica. Para ello han utilizado centeno, cebada, mostaza o rábano.
Se pone ya el sol y tenemos que marcharnos. Le pregunto antes de despedirnos por Hortamira. José Domingo enumera, de cabeza, que deben ser unos 72 agricultores, más del 60% ya en ecológico, con vocación exportadora y con variopintos productos, entre los que destacan pimiento, lechuga, apio, brócoli, col, sandía, limón, naranja o nectarina, entre otros. En la próxima visita, procuraremos hacer parada en la cooperativa.