¿Quién no ha escuchado desde el sábado hasta hoy lunes la expresión “imágenes impactantes” para referirse a los tornados que cruzaron el Poniente almeriense el día de Reyes desde el mar hasta la Sierra de Gádor dejando a su paso más de 200 hectáreas de invernaderos destruidas y la economía de muchas familias por los aires? Creo que todos las hemos oído. “Imágenes impactantes”. Y es para hacérselo mirar porque hablar con tal frivolidad de la tragedia ajena demuestra que vivimos en una sociedad fría, morbosa e incapaz de empatizar.
Hay que ponerse en la piel de todas esas familias afectadas para cambiar el discurso y trasladarlo desde la frivolidad a la humanidad. Ponerse debajo de la piel del vecino para saber lo que se siente en una situación sobrevenida de la que nadie puede escapar. Hoy al vecino y tal vez mañana a ti.
El origen de este post nació ayer domingo cuando me llamaron de una de esas cadenas que pagamos todos los españoles para interesarse por la espectacularidad de las imágenes con la idea de emitirlas en horario de máxima audiencia para todo el país. A mi pregunta de por qué no se contaba el tornado desde otra óptica, desde el sufrimiento de las familias que han perdido su medio de vida, la respuesta era la escasez de minutos de la parrilla televisiva. Tras colgar el teléfono mi sensación era una mezcla de tristeza y de enfado. Lo primero porque los grandes medios no tienen interés en contar el lado humano del mar de plástico almeriense, y lo segundo por verme incapaz de convencer a mis compañeros de profesión de que lo importante no está en mostrar imágenes espectaculares de un tornado sino en contar la historia de las familias que hay detrás.
Familias como la de Manuel, en La Mojonera, que ha perdido un invernadero de pimiento sin cogerle ni un kilo. Este mediodía el amigo Alberto García lo entrevistaba en Agricultura en la Onda, de Onda Cero El Ejido, y Manuel le contaba que el invernadero del vecino estaba encima del suyo, literalmente. El tornado había arrancado ambos convirtiéndolo todo en un amasijo de alambres con toda una producción de pimiento destruida.
Hay medios y medios. Afortunadamente los locales no buscan el lado morboso, sino que hacen una labor de servicio con sus vecinos. Alberto también entrevistaba a Baltasar que ha perdido tres invernaderos de pimiento tardío, situados entre Balerma y Matagorda en El Ejido. “De pitón a rabo me ha pillado el tornado, como se dice en el argot taurino”, expresaba el agricultor, que a reglón seguido explicaba que tuvo que esconderse “debajo del tractor hasta que pasó todo”.
Aquí Almería está en la tierra. A buen entendedor…
Posdata: ¿Por qué no contamos también que son impactantes las imágenes de nieve de la AP-6 en Segovia?