Septiembre supone el inicio de un nuevo ejercicio agrícola. Para testar el pulso de estos primeros días ayer quise visitar una comercializadora del Poniente almeriense, MAGAR, una empresa familiar surgida en los años 70 y que ha ido creciendo de forma paulatina acompañando el desarrollo del propio sector.
En su día MAGAR fue de las pioneras en la exportación de pepino holandés o tipo Almería, tipología que continúa siendo estratégica para la empresa bastantes años después, ya que hoy día supone más de la mitad de su volumen de producto. De hecho el pepino largo es el artículo que pude encontrar ayer tarde en el almacén de esta empresa exportadora.
Recientemente MAGAR ha modernizado sus líneas de confección de pepino para poder cuadriplicar su producción. Entre risas me pude colar en esta zona de manipulado para poder fotografiar el sistema de envasado y a algunas de las trabajadoras. Con especial amabilidad se dejaron retratar por la cámara.
MAGAR es una empresa familiar y ayer coincidieron sus tres generaciones. Francisco Maleno García, fundador y hoy día presidente (en el centro de la imagen); su hijo y director general, Francisco Javier Maleno González; y el nieto, Francisco Javier Maleno Berenguer, estudiante universitario muy apegado a la empresa.
El almacén arranca con pepino tipo Almería y más adelante dará cabida a calabacín, de otoño y posteriormente de primavera, y a pimiento california de ciclos medios-tardíos. Otros artículos son el tomate rama, el pepino francés o el melón amarillo en primavera.
Exportadora hacia Europa y América
Francisco Maleno García S.L. mira hacia el exterior, el 90% se destina a la exportación. Una amplia diversificación de países, entre los que destacan Francia, Inglaterra, Alemania, República Checa o Italia, entre otros.
Pero más allá del continente europeo, MAGAR mira hacia el otro lado del Atlántico, ya que forma parte del reducido grupo de exportadoras almerienses que envía a Estados Unidos, concretamente california rojo, amarillo y naranja. “De hecho esta campaña tenemos previsto triplicar los envíos a este mercado tan exigente”, subrayaba Francisco Javier Maleno.
Antes de marcharme le pedí que me definiese algún rasgo diferencial de MAGAR. “Aunque no somos una cooperativa para nosotros es muy importante el vínculo con nuestros agricultores, las mismas normas para todos y sin diferencias”, describía Francisco Javier, que añadía que un modo de premiar la fidelidad de los agricultores que llevan un mínimo de tres años es realizando retornos de comisión a final de campaña. Incluso Francisco Javier me dio algunos números, ya que en el último ejercicio repartió entre sus agricultores 120.000 euros bajo dicho concepto de retorno de comisión. “La fidelidad y el vínculo con los agricultores son fundamentales”, añadía.