Desde hace un par de años a esta parte el ozono ha ido entrando poco a poco en el campo almeriense. Una de las empresas que trabajan en su introducción es la madrileña Cosemar Ozono. Su director general, Ángel Manuel Sereno, contactaba esta campaña pasada conmigo para cerrar una entrevista para darme a conocer el funcionamiento de este biocida de generación in situ aplicado a la agricultura; pero no hemos podido cerrar la visita hasta hace unos días, en pleno verano.
El ozono es uno de esos temas de moda, de los que se habla mucho, pero se escribe poco, tal vez por su complejidad o por el escepticismo que despierta entre algunos. Así que le pedí a Ángel que prefería recibir la explicación a pie de campo, en el invernadero de algún agricultor que ya lo haya instalado.
Emilio
Antonio Manuel Fernández Enrique es un agricultor abderitano con la explotación en El Ejido. La mañana de la visita lo encontramos recolectando pimientos (trasplante similar al ciclo murciano) con toda la familia, con su mujer Carmen, con su hija Mari Carmen y con su hijo Antonio. También pasó un rato por el invernadero otro agricultor, Emilio, que a su vez tenía instalado el ozono en su explotación. “Tengo parte de mi finca con ozono y otra parte sin él, y puedo ver la diferencia”, dijo Emilio, “en pepino, por ejemplo, el cultivo no pierde la raíz, está siempre más sano, menos envejecido”.
Antonio y Mari Carmen
Emilio y Antonio son parientes. Entre ambos me hicieron un alegato y defensa ante la que poco más tuvo que añadir Ángel Manuel. Antonio lleva ya dos campañas con las máquinas de ozono en su cabezal de riego; de hecho, fue uno de los pioneros de Cosemar Ozono. Antonio, al igual que Emilio, me puso el ejemplo del pepino: “En la finca de pepinos tenía muchos problemas de nemátodos, probé el ozono y me gustó; luego en planta no se abortan frutos y se rellenan mejor”.
En cuanto a la implementación del agua con ozono en pimiento, Antonio lo describía del siguiente modo: “Más raíz, calidad de planta y mayor precocidad”.
La aplicación del ozono puede ser por riego o por tratamiento foliar. Según el director de Cosemar Ozono, Ángel Manuel Sereno, tiene efecto bactericida y fungicida. “Lo recomendable es hacer los primeros riegos con ozono 15 días antes del trasplante”, describía Ángel, “y luego vía foliar responde muy bien a pudriciones, bacterias, oídio o micofarela”.
Supongo que ante tal profusión propiedades más de un lector quede sorprendido. De ahí que para este post haya querido que sean los testimonios, de aquellos que ya lo emplean en agricultura y defienden su uso, los que describan la utilidad del ozono en el invernadero. “La verdad es que hay mucho desconocimiento en el campo sobre el ozono”, reconocía Mari Carmen, “en nuestro caso nos está funcionando muy bien porque no tenemos problemas de nemátodos y hemos acabado con los gastos de enraizantes porque el ozono hace que la planta eche raíces más fuertes”.
Ángel Manuel Sereno durante su explicación insistía en que la directiva europea de biocidas 98/CE obliga a un registro. “En la UE hay 36 fabricantes y 4 están en España, entre ellos Cosemar Ozono”, apuntaba, subrayando que el mercado del ozono está en fase de regulación normativa.
Cosemar Ozono es una empresa, radicada en la comunidad autónoma madrileña, que colabora con la Escuela de Ingenieros Agrónomos de Madrid. Trabaja en tratamientos de aguas, ambientes de interiores, cuestiones de seguridad alimentaria y en tratamientos poscosecha de frutas y hortalizas.
Hace dos años hizo su primera instalación de ozono en el Poniente almeriense. En un guiño, y reconocimiento a los agricultores de la zona, el sistema o modelo de utilidad se bautizó haciendo honor al municipio en el que se realizó esa primera instalación: ‘Gran caudal sistema Ejido’.