Agricultoras en la CASI hay muchas, gran parte de ellas seguidoras del blog. Ya hace unos meses en la celebración del 70 aniversario de la cooperativa del tomate pude conocer en persona a un grupo de ellas en el Maestro Padilla de la capital almeriense, entre las que estaban María Milagros Berenguel y María Romera. Entonces coincidimos en la exposición fotográfica que recorría la historia de los hombres y mujeres que han hecho de la CASI la cooperativa de referencia en el cultivo de tomate, y ayer el acto que compartimos fue la jornada de campo en la que Seminis mostraba sus novedades en tomate suelto, Jayena y Bateyo.
María Milagros me estuvo contando, entre líneos, que ya sus bisabuelos eran agricultores, pero que ella iba a ser la última generación, habida cuenta de los precios del sector. Animándola le dije que habrá que luchar más en la comercialización porque en un mundo que va a pasar de 7.000 a 9.000 millones de bocas en el horizonte de pocas décadas los agricultores son y serán cada día más imprescindibles. Y el tomate es la hortaliza más consumida en el mundo. Así que veamos el vaso medio lleno y no medio vacío.
En el actual barrio de Nueva Almería, a pocos metros del Mediterráneo, cultivaban los padres de María Milagros. Me estuvo contando cómo en algunas de las zonas y barrios que hoy día tienen silueta de ladrillo en la ciudad de Almería, no hace tantos años había vega. Agricultores que ya entonces llevaban sus tomates a la Cooperativa Agrícola de San Isidro (CASI).
Ahora, tanto ella como María Romera son agricultoras de la vega de La Cañada. Romera me habló de los primeros enarenados. Sus padres, que venían de la granadina Albuñol, trabajaron en los primeros del entorno de La Cañada. Ambas, muy orgullosas de sus orígenes, de ser agricultoras y de cultivar tomates.
Jayena, variedad con nombre de pueblo granadino
El primer invernadero que visitamos en la zona de la Cruz de Martos (La Cañada, Almería) estaba puesto de Jayena, un tomate suelto con nombre de pueblo de Granada. Allí conocí a Juan Rodríguez, agricultor de tomate con invernaderos en La Cañada y en Níjar. Me estuvo explicando que Jayena no tiene problemas de envejecimiento de cáliz (senescencia del cáliz). Aparece en la foto superior mostrando un fruto, junto a su amigo Diego Clemente.
Jayena no es un larga vida, pero tiene buena conservación y, sobre todo, “sabor, además de buen color y buena piel”, comentaba Jesús Joya, comercial de Seminis en Almería y levante. “Además de sus resistencias a cuchara, nemátodos y spotted”, añadía.
Bateyo en un invernadero con perchas
El segundo invernadero, situado en El Alquián, fue de Bateyo, otra novedad de tomate suelto. El agricultor lo tenía con perchas, como se observa en diferentes fotografías, muy espectaculares. Ambas variedades necesitan conductividades elevadas, a partir de 3,5, y son de perfiles achatados.
De la zona del Alquián eran también Rocío Soriano y Daniel López, una joven pareja de agricultores. Con Daniel ya había coincidido en alguna otra jornada. Él y Rocío son productores de tomate suelto. Testimonio vivo de ese relevo generacional del que tantas veces me gusta hablar.
Luis García, desarrollo de tomate de Seminis, destacó de Bateyo su resistencia a fusarium radici lycopersici, su buen comportamiento con frío (ideal para ciclo largo) y su cierre peduncular pequeño, que evita la aparición de posibles micro heridas. “Con este tomate se previenen problemas poscosecha, por ejemplo, de hongos”, señalaba García.
Como muchos de los agricultores asistentes a la jornada, alrededor de unos 140 estuvieron presentes, eran de CASI, se finalizó con una foto de familia a las puertas de la cooperativa.