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Tomates La Palma: visitamos cinco fincas para conocer cinco grandes referencias, a cual de ellas más sorprendente
La Palma Granada es una gran familia compuesta por 700 socios que sienten como propia cada lámina de invernadero de esta cooperativa de referencia de la costa granadina. Su apuesta por la innovación, diferenciación y especialización es real. Lo hemos podido comprobar en una intensa jornada en cinco distintas fincas, cinco diferentes productores y todos con la sinfonía propia que resuena en la cooperativa: calidad y sabor como valores irrenunciables.
A primera hora de la mañana nos subimos al vehículo de Antonio Martín Prieto, un técnico que nos hará de guía durante el recorrido. También nos acompaña Beatriz Pérez, dedicada a dar visibilidad a la cooperativa en redes sociales. Ambos nos enseñarán a respirar La Palma por los cuatro costados y a entender cómo es posible sobrevivir en el libre mercado con el tomate como buque insignia y hacerlo superando los nuevos retos de cada campaña.

Finca de tomate amarillo ‘ananas’
Primera parada en Puntalón. La finca es de un afable Fran Rubiño que nos sorprende con un tomate de color amarillo, ‘ananas’, de calibre grueso. Rubiño es uno de los primeros socios de la cooperativa que ha introducido este llamativo tomate en su invernadero. Nos dice con desparpajo que “siempre que hay algo nuevo en la cooperativa, estoy entre los agricultores que piden probarlo en el invernadero”.
Rubiño nos muestra su sistema de sustrato en hidropónico, la precisión con la que trabaja la lana de roca y nos describe con todo lujo de detalles las claves del control climático y el fertirriego que dan como resultado un cultivo rentable. “No se trata de pensar en kilos, sino en euros por metro cuadrado. Eso es la rentabilidad”, explica.


Invernadero de Monterosa
Siguiente parada en una explotación agrícola de Carchuna con un tomate que aúna tradición con innovación, como es Monterosa, que este año precisamente cumple una década como marca de valor reconocida por el consumidor.
José Manuel Ruiz Bonet es un agricultor al que visita habitualmente el técnico que nos acompaña, Antonio Martín que aprovecha para comentarnos cómo son las reuniones de planificación de cultivos, tanto las dirigidas a primavera como las de otoño. El servicio de asesoramiento es también crucial, por ejemplo, José Manuel ha probado por primera vez Monterosa y el cultivo presenta un magnífico comportamiento como se observa en las imágenes.

“La Palma trabaja Monterosa los doce meses. En los períodos del año con más calor, primavera y verano, completamos doce meses con producciones en zonas como Zújar, Arenas del Rey, Jayena o Fornes”, corrobora el técnico.


Adora
Llega la Navidad y Adora se abre paso por su sabor en las mejores mesas. Es el Raf actual, más productivo y mejor adaptado. La casa madre del Raf ha logrado con Adora los mejores estándares de calidad, sabor y poscosecha.
Cooperativa La Palma produce Adora. Visitamos una finca donde nos atienden dos de los responsables, como son Fernando y Silvia que nos ayudan a sumergirnos en este universo. “La clave es el equilibrio, saber encontrar el punto de estrés de la planta, dónde está el límite que propicia obtener el tomate de más sabor y calidad”, apunta Fernando.

Esos hombros marcados, el calibre M-MM, los grados brix y un color característico definen a Adora, que se convierte en un tomate artesanal cultivado por productores especialistas. Entre los meses de diciembre y marzo se concentran todos los parámetros para el mejor Adora.

Tomate morado oscuro
Nuestra capacidad de sorpresa va en aumento invernadero tras invernadero. El cuarto de ellos nos deja sin palabras. Es el antociano, un tomate asurcado de color morado oscuro que conocemos en Motril. Nos abre las puertas de la finca Nikolai Nedelea, socio de La Palma, que nos explica que lleva varios años con este singular tomate.

“Y continuaré más años porque una vez que aprendes el manejo, no quieres cambiar porque rinde en kilos y salen los números. Es rentable”, describe Nikolai, que nos explica para nuestro asombro que hay que cosecharlo muy temprano.
“Lo recolectamos a las 5 horas de la mañana porque de noche distinguimos el que está maduro porque brilla”, añade.

Tomate Amela
Y finalizamos con el tomate de origen japonés que hace un par de años ganó el premio al mejor tomate del mundo en la feria alemana de Fruit Logística. Es el tomate Amela, que nos muestran en una finca de la costa de Granada dos agricultores de origen nipón, como Koji y Ootaki y el encargado de la misma, Gustavo Muelas.

Hacemos una degustación in situ en el propio invernadero. Una de esas experiencias difíciles de olvidar. No solo por el sabor único del tomate, sino por el mimo con el que está cultivado. Tras escuchar a los tres responsables que nos reciben comprendemos que la clave no está en la variedad, sino en el manejo. Un mimo solo al alcance de una cultura que cuida hasta el más mínimo detalle, como la japonesa.

Nos hablan del control del clima y el agua para potenciar el sabor. Hasta ahí podemos leer. El resultado, en la propia tienda de La Palma, en la venta online de la misma y por supuesto en las mejores mesas esta Navidad.

Gracias, familia cooperativa Granada La Palma, por el trato y el cariño recibido durante una intensa jornada que nos llevamos como regalo navideño.











