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El CGC alerta sobre las cada vez más asiduas incursiones en la UE de plagas foráneas “prioritarias”, las más graves
Ya no sólo son los constantes rechazos portuarios, además de ello, se suceden avisos por la detección en territorio europeo de los patógenos de mayor impacto, que afectan a muchos cultivos. El último: un año después de confirmar ‘la mosca oriental’ en Grecia se ha detectado también en este país la del ‘melocotón’, muy arraigada en Egipto, que es primer proveedor extracomunitario de la UE en campaña. El CGC habla de “alerta fitosanitaria permanente en la UE” para describir la situación y advierte sobre las destructivas consecuencias de dos plagas foráneas también ‘prioritarias’ ya establecidas en Italia, la Xylella fastidiosa -que ha hundido el olivar- y la propia B.dorsalis que sigue sin poder erradicarse.

Últimas plagas foráneas en llegar
El Comité de Gestión de Cítricos (CGC), la patronal nacional que aglutina los exportadores privados, describe la situación generada en los últimos años en la UE como de “alerta fitosanitaria permanente”. El más reciente sobresalto se ha dado en Grecia, al norte de Atenas, donde las autoridades han alertado estos días de la presencia de la conocida como ‘Mosca del melocotón’ (Bactrocera zonata), muy arraigada en las zonas productivas del primer proveedor extracomunitario de naranjas en campaña de la UE, Egipto.
Y lo han hecho solo un año después de identificar también en Grecia otra mosca de la fruta de origen también asiática pero más agresiva y polífaga (que se alimenta y dispersa por muchos cultivos, no sólo cítricos), la ‘Mosca oriental’ (B. dorsalis). No en vano ambas están reguladas por la UE como “prioritarias”, por situarse en el top 20 de las plagas y enfermedades de mayor impacto económico, social y medioambiental.
Las incursiones de estos insectos en territorio UE, no identificados en los controles portuarios previos, son cada vez más frecuentes y próximas: la del ‘melocotón’ se detectó en Austria (2011) y repetidamente en Francia (2020, 2021, y 2022) y en Italia (2023 y 2024); la ‘oriental’ se localizó en el país transalpino en 2018, un año después en Francia y, en 2023, en Bélgica. Una auditoría de la Comisión (CE) publicada el año pasado confirmó, más allá de las carencias del plan de erradicación implementado por las autoridades italianas, que B.dorsalis sigue expandiéndose de sur a norte, a lo que cabría añadir que B. zonata aún no ha sido erradicada.

Consecuencias de acuerdos como Mercosur
“Bruselas está reevaluando la regulación y el listado de plagas prioritarias y estas dos ‘moscas de la fruta’ son candidatas seguras a repetir por su carácter polífago y especial agresividad pero el nivel de vigilancia, de atención a estos organismos es muy dispar según se trate de un estado miembro u otro”, advierte la presidenta del CGC, Inmaculada Sanfeliu.
Y mientras tanto, a consecuencia de la situación geopolítica -insiste Sanfeliu- “la CE acelera los procesos de ratificación de nuevos tratados -como el de Mercosur o el de México- que seguro incrementarán el tráfico en fresco y por tanto el riesgo desde zonas de especial afección de estas y otras amenazas a la sanidad vegetal aquí desconocidas y que también están reguladas como prioritarias”.
Sería el caso de la ‘Mosca mexicana’ de la fruta (Anastrepha ludens) -en el país del mismo nombre- o de la ‘Mancha negra’ (P. citricarpa) y la Xylella fastidiosa -en el caso de Brasil y Argentina-. La responsable del CGC, añade que el asentamiento de cualquiera de ellas “pondría en cuestión no sólo el futuro del sector citrícola sino de gran parte de los cultivos hortofrutícolas españoles”.
Detección precoz y erradicación
Conscientes de la gravedad de la situación generada por las frecuentes incursiones de las dos peligrosas moscas de la fruta referidas, en febrero de este año la Comisión aprobó un nuevo reglamento para “armonizar” entre los estados miembro las medidas de prevención (detección precoz) y en su caso, de erradicación.
Y para concretar la amenaza, la CE detalló las especies vegetales hospedantes (cuyos frutos pueden transmitir la enfermedad y/o sufrirla) que deben ser objeto de especial vigilancia en puertos, aeropuertos y en zonas críticas (almacenes, campos o mercados mayoristas): son 106 vegetales en el caso de B. dorsalis, que no solo afecta a todos los cítricos sino también a todas las frutas de hueso y a otras de importación tan relevantes como el mango o la banana y 30 especies en el de B.zonata, entre ellas también todos los cítricos, el melocotón así como otras frutas tropicales como el mango o la chirimoya.
El caso de Egipto
A este respecto la responsable del CGC pone el acento sobre el trílogo cultivo-plaga-país, que es la base sobre la que la CE analiza el riesgo y toma decisiones en materia de sanidad vegetal en la UE, del caso concreto de Egipto. Efectivamente, este país árabe es -con mucha diferencia- el primer proveedor tercero de cítricos de la UE del hemisferio norte -con entre 300.000 y 390.000 toneladas por temporada- y la B.zonata está ampliamente distribuida en sus principales zonas productivas, Alejandría y El Cairo.
Las autoridades griegas, de hecho, hacen mención a esta circunstancia en su reciente alerta. En Italia -también con una importante producción citrícola y hortofrutícola y que importa buena parte de las naranjas egipcias de la UE- sigue sin ser erradicada oficialmente después de la referida incursión de 2023. “Como ha ocurrido con la ‘Falsa polilla’ (T. leucotreta) -que también es una plaga como la ‘Mosca del melocotón’ que puede preservarse en el interior de los frutos y que es igual de sensible al frío- quizá sea el momento de estudiar imponer un cold treatment a las importaciones europeas de naranjas de este país”, considera Sanfeliu.
Intercitrus
El CGC insiste que -más allá de las necesarias medidas restrictivas a la importación de frutos que puedan transmitir estas plagas y enfermedades- la política comunitaria en materia de sanidad vegetal debe sustentarse en la prevención. Un informe de CABI -una organización internacional de referencia en esta materia a la que pertenecen más de 45 países de Europa, África, Asia y América y que fue muy tenido en consideración cuando se aprobó precisamente el Reglamento (UE) 2016/2031 sobre plagas prioritarias- es muy claro a este respecto: el retorno de cada euro invertido en prevención y detección precoz de plagas es de 100 euros; cuando el patógeno ya se ha asentado y se inicia un plan de erradicación cada euro gastado solo permite recuperar 25; cuando se acepta convivir con la plaga en cuestión y se aplica un plan de contención ese retorno apenas llega a llega a 5-10 euros.
Finalmente, cuando la plaga/enfermedad ya se ha descontrolado y expandido es casi imposible recuperar la inversión.
De ahí que el CGC valore tan positivamente uno de los puntos de la extensión de norma propuesta por Intercitrus, que permitirá financiar un importante paquete de medidas de defensa fitosanitaria y reforzar y ampliar, mediante la firma de convenios con las autoridades competentes en Sanidad Vegetal de las diferentes Comunidades Autónomas, los puntos de vigilancia para la detección de este tipo de organismos nocivos ya habilitados por los gobiernos de Andalucía, Murcia y la Comunidad Valenciana.
La factura de las plagas
De la factura que suponen la presencia de estas plagas prioritarias puede dar especial testimonio el gobierno de esta última región: la presencia de Xylella fastidiosa en Alicante cuesta a la Generalitat cada año más de 7 millones de euros. El carácter endémico de la ‘Mosca del mediterráneo’ -muy similar a las dos bactroceras citadas, que serían mucho más dañinas que ésta- le supone un presupuesto anual de 10,5 millones de euros. El gasto que, más allá de estas ayudas, implica para los citricultores su combate supone multiplicar varias veces esta cifra.
Y pese a tratarse todas de moscas de la fruta, las medidas hoy aplicadas para combatir la ‘del mediterráneo’ serían inútiles frente a tales insectos foráneos: a la lucha con insecticidas, feromonas, trampeo o lo invertido en producción y suelta de machos estériles habría que añadir una estructura paralela similar y mucho más cara para las moscas del género Bactrocera.