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En las últimas campañas empresas productoras y con carácter exportador, como la almeriense Agrícola Navarro de Haro, han comprendido la importancia de certificar sus huellas ambientales para fidelizar la relación con sus clientes, muchos de ellos cadenas de supermercados que cada vez se interesan más por el origen y modo de producir. Agrocolor ha certificado tanto la huella hídrica como de carbono de Agrícola Navarro de Haro.
Agrícola Navarro de Haro: segunda generación
Viajamos hasta Palomares, en el Levante almeriense. Corría el año 1998 cuando se fundó esta empresa de origen familiar, al frente de la misma está un conocido empresario, como es José Navarro. Sin embargo nos recibe la segunda generación de la empresa, los hermanos Juani y José Antonio Navarro de Haro.
Con Juani realizamos un recorrido completo, en el campo en plena recolección y después en las instalaciones donde nos explica paso a paso desde que la sandía llega al almacén hasta que se confecciona. Trazabilidad de principio a fin.
Sandías 6 meses al año
En una de las fincas de Agrícola Navarro de Haro observamos el funcionamiento de una máquina de sandía de brazo o cinta extendida que favorece el trabajo de los operarios y el cuidado de la fruta. La empresa utiliza box más pequeños que el estándar, de hasta 200 kilos.
Se trata de una empresa especialista de sandía, su principal cultivo con el que suma anualmente alrededor de 50 millones de kilos, casi a partes iguales entre negras y blancas. También sandías mini.
“Desde finales de marzo o principios de abril en el Poniente almeriense hasta acabar en septiembre/octubre en La Mancha”, describe Juani Navarro de Haro, trazando una ventana productiva que llega a superar los seis meses al año.
Sandía con huella hídrica
La sandía de Agrícola Navarro de Haro está certificada en huella hídrica por Agrocolor, según el protocolo Water Network Footprint. Joaquín Haro, director técnico, de la empresa especialista en sandía nos explica que dicha huella “avala la optimización de cada gota de agua y del riego eficiente que llevamos a cabo en nuestros campos de sandías”.
Riego inteligente a través de sondas de fertirriego que hacen más preciso el aporte de cada gota. Se riega de forma racional según la demanda del cultivo en cada momento.
Contadores que miden el volumen de agua en cada riego. La huella cuantifica también posibles aportes extra, y una vez recolectada la totalidad de la finca se hace el cálculo de la misma.
Huella de carbono
Más laboriosa y compleja, aunque de gran valor para el cliente, es la huella de carbono que certifica Agrocolor según la norma GHG Protocol.
Para su cálculo se tienen en cuenta una heterogeneidad de elementos vinculados a los insumos. “Consumo de gasoil pasando por el cartón y el abono hasta el plástico”, comenta Joaquín Haro.
Agrícola Navarro de Haro tiene instalados módulos fotovoltaicos en dos naves y en las propias fincas de campo. Esta empresa familiar apuesta por el papel reciclado; por el uso de materia orgánica para reducir demandas de fertilización, aportando bacterias fijadoras de fósforo y nitrógeno; e incluso ensaya con nuevos plásticos biodegradables.
“Trabajamos reduciendo emisiones de CO2, por un lado, y optimizando el uso del agua, por otro. Ambas huellas avalan nuestras buenas prácticas culturales y la sostenibilidad de nuestros cultivos”, resume Juani Navarro de Haro.
GlobalG.A.P.
Por otro lado – pero en consonancia con todo lo anterior – están los módulos que piden los clientes (cadenas de supermercados) que verifican el uso del agua, como el módulo Spring de GlobalG.A.P.
Precisamente Agrocolor es la primera entidad de certificación de GlobalG.A.P., tanto en número de productores (18.000) como en hectáreas (500.000).
Plena campaña
En el mes de julio que ya acaba las instalaciones de Agrícola Navarro de Haro han alcanzado picos de hasta 600.000 kilos diarios de sandía.
Cultivos al aire libre, pero también en protegido, tanto bajo abrigo de malla como de plástico. En este área del Levante almeriense el origen del agua de regadío en un 60% procede del trasvase del Negratín y alrededor de un 40% de la desaladora de Palomares.
En el almacén Juani Navarro de Haro nos muestra el volcado manual y el automático de la sandía. También la lavadora, secadora y cepilladora para a continuación pasar la fruta al envasado.
Calibradoras del 2 al 10. Para entendernos: 2 y 3 son calibres para mercado nacional; 4, 5 y 6 para exportación; y del 6 al 10 para el mercado de las minis.
Seguidamente el pesado, paletizaje, paso por las flejadoras y etiquetado de las cajas.
Todo un universo dedicado a la sandía, el producto estrella y de referencia de esta empresa productora y comercializadora. Su oferta la completan coliflor, lechuga iceberg y calabacín.