Comprender de qué hablamos cuando nos referimos al mildiu en hortícolas y cómo controlarlo
Por el Dr. Josep Izquierdo
Responsable de cultivos hortícolas para Europa, África y Oriente Medio
Bayer Crop Science
El término mildiu se asocia a una de las enfermedades más devastadoras que pueden sufrir nuestros cultivos. Aunque en el pasado se solía integrar a los organismos responsables de esta enfermedad dentro del grupo de los ‘‘hongos primitivos‘‘ actualmente se los sitúa más cerca de las algas, pero sin capacidad de realizar fotosíntesis y con un comportamiento de parásitos obligados, ya que no pueden crecer en medios de cultivo y, además, requieren de un huésped vegetal del cual alimentarse.
Así mismo, existen numerosos géneros y especies asociados al concepto de ‘mildiu’, cada uno de ellos ligado a un rango relativamente pequeño de huéspedes. En el cultivo de hortícolas encontramos diversos ejemplos, entre los que podemos destacar: Phytophthora infestans (mildiu del tomate y la patata), Pseudoperonospora cubensis (mildiu de las cucurbitáceas), Bremia lactucae (mildiu de la lechuga), Peronospora farinosa (mildiu de la espinaca), Peronospora destructor (mildiu de la cebolla) y Hyaloperonospora brassicae (mildiu de las Brassicas). Esta diversidad hace que sean necesarias aproximaciones específicas en cada caso concreto de enfermedad y cultivo, con un punto común para todos ellos: la necesidad de agua libre para que se produzca la infección. Este punto es crucial para entender su comportamiento y definir estrategias de manejo adecuadas.
Factores clave en la infección
Debemos ser conscientes de que es fundamental evitar que se produzca la infección de la planta, ya que una vez que esto sucede el control se complica de forma notable, aunque tengamos herramientas curativas disponibles. Aunque las fuentes de inóculo son variadas, la vía más común de contaminación es mediante esporangios transportados por el aire (reproducción asexual) ¡Poco podemos hacer para evitar su presencia!
Donde sí que podemos jugar un papel importante es en la gestión ambiental, especialmente en cultivos en invernadero. Hemos de evitar la presencia de agua libre en el cultivo que permita la germinación de los esporangios y la infección de la planta.
La velocidad del proceso de infección está ligada con la temperatura ambiente ya que, en general, los mildius se mueven bien en temperaturas medias -bajas (15-20ºC); y puede producirse en pocas horas (2-4h). En los invernaderos mediterráneos son especialmente importantes la ventilación, el manejo de la densidad de plantación y la técnica del doble techo, que evita los goteos por condensación típicos de otoño e invierno y, consecuentemente, la presencia de agua sobre las hojas del cultivo.
Estrategias de manejo integrado
Dado que la infección es difícil de revertir una vez instaurada, el manejo de mildiu debe centrarse en la prevención, mediante una estrategia integrada que combine prácticas agronómicas, resistencia genética y uso racional de fungicidas.
Se han detectado numerosos genes de resistencia a mildiu en diversos cultivos, y algunos de ellos se han introducido exitosamente en variedades comerciales disponibles en nuestro país. La disponibilidad de variedades resistentes (o de resistencia intermedia) varía según cultivos. El caso de la lechuga es especialmente interesante. La mayoría de las compañías de semillas ofrecen variedades resistentes pero cada cierto tiempo aparecen informaciones sobre la aparición de nuevas razas de la enfermedad capaces de desarrollarse sobre estas especies que, evidentemente, dejan de ser resistentes. Esto puede generar una dinámica cíclica de incorporación de nuevos genes de resistencia que serán útiles hasta que aparezcan razas agresivas, que convierten las variedades en sensibles. Esta dinámica está también ampliamente reportada en el mildiu de la espinaca. Por tanto, es claro que la vía genética de control puede no ser duradera si no se plantea una gestión integrada de la enfermedad.
Empleo de fungicidas
Por lo que respecta al uso de fungicidas, el control químico sigue siendo una herramienta fundamental en el manejo del mildiu, sin embargo, la regulación fitosanitaria ha llevado a la eliminación de varios principios activos tradicionales, como los ditiocarbamatos (mancozeb, metiram, propineb), que se habían utilizado como compañeros de otros antimildiu en formulaciones conjuntas, así como a restricciones en dosis y número de aplicaciones permitidas para otros compuestos como el cobre.
El fenómeno de resistencias que hemos comentado en variedades es bien conocido en el mundo de los fungicidas. La pérdida de eficacia de un fungicida suele estar ligado a la aparición de razas resistentes de la enfermedad que desplazan en la población existente a las sensibles haciendo que este pierda, parcialmente o totalmente, su funcionalidad. Este fenómeno es complejo, participando diversos factores. Entre ellos, el tipo de enfermedad. Los mildius son considerados especialmente hábiles generando fenómenos de resistencia.
El Fungicide Resistance Action Committee (FRAC) clasifica los fungicidas según su modo de acción y el riesgo de generación de resistencia. Actualmente, existen productos anti-mildiu pertenecientes a, al menos, 14 grupos FRAC. Es por ello que, para prevenir la aparición de resistencias, se recomienda: alternar modos de acción químicos, mezclar productos específicos con fungicidas de amplio espectro, limitar el número de aplicaciones por campaña y utilizar modelos predictivos de riesgo para la aplicación precisa de productos fitosanitarios.
Innovación en el control de mildiu
Compañías como Bayer CropScience continúan innovando en el desarrollo de soluciones para el control de mildiu. Actualmente, disponemos de productos en nueve modos de acción diferentes, destacando:
• Previcur Energy (Fosetil + Propamocarb): ahora autorizado para uso foliar en cultivos protegidos de tomate y pepino; y con un riesgo bajo de desarrollo de resistencias que lo convierten en una herramienta clave en estos cultivos.
• Fandango (Protioconazol +Fluoxastrobin): cuya ampliación de uso en más cultivos al aire libre está en trámite.
• Xivana Prime (Fluoxapripolin): una innovación dentro del nuevo grupo FRAC 49 que estará disponible próximamente en España.
En definitiva, la investigación y el desarrollo continuo de nuevas soluciones serán determinantes para enfrentar los desafíos futuros en el manejo de Mildiu.