El virus del mosaico verde jaspeado del pepino (CGMMV) pertenece a la familia de los tobamovirus al igual que el virus del rugoso (ToBRFV). Este tobamovirus que causa enfermedad en cucurbitáceas fue detectado por primera vez en los años 90 en los cultivos de pepino de Almería (Célix y col., 1996). Desde entonces, seguimos aprendiendo sobre este patógeno que afecta a varios cultivos, aunque su huésped más vulnerable es el pepino.
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Por Helena Piñar y Carlos Cáceres, investigadores y fundadores de Nakama
¿Cómo afecta este virus a los cultivos?
En pepino los síntomas son particularmente severos, si se dan las condiciones idóneas podemos ver abullonados en las hojas y deformaciones del fruto. En sandía, aunque las hojas pueden mostrar un leve mosaico con unas ligeras deformaciones, el daño más evidente ocurre en la carne del fruto. En melón, las hojas pueden exhibir clorosis y mosaico mientras que en el calabacín la infección suele transcurrir asintomática, lo que puede complicar su detección.
CGMMV es un virus sumamente resistente, que puede sobrevivir durante largos periodos en suelos, herramientas y superficies, además de transmitirse por semilla, agua, contacto en las labores culturales y abejorros. Esto lo convierte en un reto importante para el manejo de los cultivos.
Un virus con raíces europeas y asiáticas
El CGMMV tiene dos grandes variantes: la europea (detectada en Francia, Holanda, Rusia y Uzbekistán) y la asiática (encontrada en países como China, Japón y Corea del Sur). Hasta 2015, en España predominaba el tipo europeo, pero investigaciones recientes (Crespo y col., 2017) han evidenciado un cambio: el tipo asiático está desplazando al europeo, siendo ahora el más frecuente en los cultivos.
¿Qué significa esto para los agricultores?
La coexistencia de estas dos variantes en una misma planta aumenta el riesgo de recombinaciones genéticas, que podrían generar nuevas cepas del virus con características desconocidas. Un ejemplo de este fenómeno ocurrió con el virus de la cuchara (TYLCV) en tomate, que desarrolló y sigue desarrollando variantes más agresivas de tal manera que ahora en campo el virus de la cuchara que encontramos en Almería es un recombinante más agresivo.
¿Cómo identificar las variantes de CGMMV?
Según las investigaciones realizadas por Crespo y col., 2017, la variante asiática puede reconocerse porque genera lesiones locales en las hojas de Chenopodium amaranticolor, comúnmente conocido como Cenizo Rojo, algo que la europea no hace. También es posible diferenciarlas mediante análisis moleculares.
En melón, el comportamiento de ambas variantes es diferente. De acuerdo con L. Ruíz y col., 2021, de 47 variedades de melón analizadas, la variante asiática infectó a 46, mientras que la europea solo a 30. Sin embargo, una variedad japonesa llamada Freeman’s cucumber mostró resistencia a ambas variantes, así como al virus del mosaico del pepino (CMV).
El efecto “antagonista” del tipo asiático
Un estudio del CEBAS-CSIC encontró que cuando las variantes asiática y europea infectan simultáneamente al pepino, la presencia del tipo asiático reduce la acumulación del europeo. Esto podría explicar por qué el tipo asiático se está imponiendo en los campos españoles.
CGMMV y ToLCNDV: un duelo en el calabacín
Según describe Crespo y col.,2019, en calabacín, la interacción entre el CGMMV y el virus del ToLCNDV (virus del rizado amarillo del tomate) puede generar un efecto interesante: el CGMMV parece «suprimir» los síntomas típicos del ToLCNDV, incluyendo el daño vegetativo. Esto puede hacer que una infección de ToLCNDV pase desapercibida.
Por esta razón, es esencial realizar análisis específicos para ambos virus en calabacín, incluso si no se observan síntomas aparentes.
¿Cómo protegerse de CGMMV?
No está de más recordar que para evitar una infección con CGMMV es importante usar semillas de empresas que garanticen que sus semillas están libres de virus y usar variedades resistentes dentro de lo posible. De igual manera, implementar un buen plan de higiene que atienda a los siguientes puntos es muy importante:
- Desinfección de material y herramientas
- Desinfección de estructuras y maquinarias
- Uso de guantes, batas y patucos de un solo uso para visitantes
- Vestimenta adecuada
- Forma de trabajar dentro del invernadero organizada
- Muestreos programados
Conclusión
El CGMMV sigue representando un desafío para los agricultores. Su capacidad de persistencia y transmisión, sumada a la aparición de nuevas variantes y sus interacciones con otros virus, subraya la importancia de la prevención y el monitoreo continuo en los cultivos. Manténganse atentos, realicen análisis regulares y aseguren una buena higiene de campo para proteger sus cosechas.