Es el momento ideal para llevar a cabo actuaciones que permitan combatir situaciones de estrés y mejorar el crecimiento, la producción y la calidad
La llegada del invierno puede ocasionar diversos problemas en los cultivos debido a factores como las bajas temperaturas, las heladas, la reducción en las horas de luz y el exceso de humedad. Estas condiciones pueden provocar desde la pérdida de raíces hasta la ralentización del crecimiento de las plantas.
En situaciones de heladas y temperaturas extremas, las raíces pueden sufrir daños severos, ya que el agua presente en sus células puede congelarse, llevándolas a la muerte. Por otro lado, un exceso de humedad puede generar una reducción del oxígeno disponible en el suelo, lo que provoca asfixia radicular o un mayor riesgo de enfermedades fúngicas. En contraste, un invierno seco puede ocasionar la deshidratación de las raíces.
Además, durante el invierno también pueden ocurrir fenómenos como la disminución de la actividad metabólica de las plantas o la erosión del suelo, que hacen que las raíces se vuelvan más vulnerables a daños externos.
Por este motivo, el invierno es un momento ideal para implementar medidas que mitiguen estas adversidades y favorezcan el crecimiento, la producción y la calidad de los cultivos. En este contexto, resulta fundamental contar con herramientas eficaces que minimicen los efectos negativos de estas condiciones y permitan a los cultivos mantener un desarrollo óptimo. El uso de tecnología adecuada puede desempeñar un papel clave en la mejora del crecimiento frente a situaciones de estrés
En este sentido, el gerente de Ecoculture Biosciences, Ángel Ruiz Serna, destaca que “la gama de productos NHDelta nos ayuda a mejorar el crecimiento de las raíces y su uso de forma continuada nos permite mantener la aparición de pelos secundarios en la raíz, lo que va a permitir a la planta seguir absorbiendo nutrientes en las cantidades necesarias”.
A lo largo de los años, los diversos ensayos realizados con la tecnología NHDelta han permitido a Ecoculture reducir significativamente los efectos negativos asociados a situaciones de estrés en los cultivos. Esta tecnología contribuye a mejorar la calidad, la productividad, el enraizamiento y la tolerancia al estrés mediante la estabilización del nitrógeno en forma de amida. Esto asegura la absorción de la proporción adecuada de nitrógeno no nítrico, optimizando tanto la calidad como el rendimiento de los cultivos. Además, NHDelta estimula la formación de raíces fuertes y promueve el desarrollo saludable de flores y frutos.
NHDelta puede aplicarse igualmente tanto foliarmente como en fertirrigación. En aplicación foliar, con 3 a 10 litros por hectárea para un volumen de 1.000 litros, y en riego, con 3 a 10 litros por hectárea cada siete o quince días, o bien fraccionando esta dosis en dos o cuatro aplicaciones con intervalos menores.