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Agrobío reunía este pasado jueves en El Ejido (Almería) a 350 profesionales, entre técnicos y agricultores, en un foro en el que se ponían sobre la mesa problemáticas de máxima actualidad (trips parvispinus, pulgones…) y herramientas y estrategias de control.
En un post anterior relatábamos los trabajos de mejora genética para la obtención de nuevos orius, y en esta crónica nos vamos a centrar en la elaboración de dietas de nueva generación para intensificar la acción de los depredadores y en una estrategia de amplio espectro que propone Agrobío para control de parvispinus.

La nueva dieta Powermite 3.0
Enric Vila, doctor en Biología y director de I+D en Agrobío, presentaba una nueva dieta, Powermite 3.0, para aumentar la población de auxiliares. Con Powermite 3.0 el orius prevalece durante más tiempo en el cultivo; pero esta dieta mixta también está pensada para otros enemigos naturales, como swirskii, andersoni o montdorensis.
De hecho, Vila puso diferentes ejemplos de esta nueva dieta para insectos beneficiosos en producciones de pepino, y cómo ha supuesto incremento de poblaciones, incluso en momentos en los que en el cultivo la dieta era subóptima. Ejemplos en pepino, pero también podemos ponerlos en pimiento tipo Kapia, sin polen. Pero, ¿qué es Powermite 3.0?
Es una dieta mixta formada por tres ácaros presa y un nematodo.
El objetivo de Agrobío es mejorar la instalación de beneficiosos con estas dietas, y poder dotar al agricultor de sistemas preventivos de control biológico más resilientes.

Detección precoz frente a parvispinus
Tras Enric Vila vino el turno de Ana Arévalo, responsable de desarrollo en Agrobío, que abordó la ponencia relativa al nuevo T. parvispinus. Una detallada charla en la que comenzó por explicar el ciclo biológico de este nuevo trips, la necesidad de su monitoreo y detección temprana.

“No se puede esperar. Detección precoz y control preventivo”, dijo, “se reproduce muy rápido. Podemos identificar en las hembras el abdomen negro, los machos tienen un aspecto más amarillento”.
Arévalo describió daños de parvispinus en planta pequeña, en planta desarrollada y en frutos, ya sea con marcas o verrugas. “Produce deformaciones con muy poca presencia”, añadió.
Control químico versus control biológico
El control químico, según explicaba la responsable de Agrobío, habría demostrado “poca eficacia” y sobre todo ya se habrían presentado resistencias del parvispinus al uso de materias activas. Con otro inconveniente añadido, ya que el empleo de fitosanitarios retrasaría la instalación de depredadores en el cultivo.
“Las explotaciones que antes arrancaron la pasada campaña fueron aquellas que abandonaron el control biológico para irse al control químico”, recordó Ana Arévalo.

Así que la ponente propuso una estrategia amplia. Hacer destalles, deshojar hojas con puestas, detectar focos y acotarlos con mallas, mantener la finca limpia, utilizar barreras y setos vegetales, incluso la microbiología (microorganismos) y por supuesto sueltas de beneficiosos en la explotación, que relataremos a continuación.
Pero también Arévalo hizo especial hincapié en que esas sueltas tienen que iniciarse antes en el semillero. “El control biológico desde la siembra es fundamental”, apuntó.

Orius Cold, swirskii y Powermite 3.0
“La clave es combinar ácaros y orius”, señalaba Ana, al tiempo que defendía que “el swirskii sí depreda larvas de parvispinus”.
En cuanto al orius la responsable de Agrobío aconseja hacer sueltas semanales de adultos y ninfas, y emplear el mencionado Powermite 3.0 para alimentar a las generaciones futuras y favorecer una mayor fecundidad.
Dicha estrategia durante tres semanas consecutivas. Arévalo nombraba el Orius Cold, dada su gran voracidad; pero también en focos indicaba reforzar con swirskii.
“Proteger y alimentar con dietas desarrolladas a su medida a depredadores seleccionados para que no disminuyan sus poblaciones durante el otoño/invierno”, observaba.
Advertía Ana Arévalo que para otoño se prevén los máximos poblaciones de parvispinus, con el consiguiente riesgo de daño sobre los frutos de pimiento. “Por eso no hay que olvidarse del control biológico”, subrayaba.