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Es la primera de otras importantes herramientas de sanidad vegetal que se esperan como soluciones para enfrentar los problemas de sanidad vegetal de los hortícolas de invernadero. Fungisei llega precedido por su alta eficacia en otros países y cultivos y ahora, desde principios de año, ya tiene registro en España para todos los hortícolas de Almería y Granada.
Oídio en calabacín
Visitamos en el Poniente almeriense uno de los invernaderos en los que se ha implementado con éxito Fungisei para control de oídio. Nos recibe Antonio Escobar, un joven productor ejidense, especialista en calabacín que comercializa en Hortofrutícola Las Norias. Antonio es la tercera generación de agricultores, y lleva con su padre la finca de las imágenes, un ejemplo vivo del modelo familiar de Almería.
Este nuevo biofungicida de la empresa valenciana Seipasa está registrado tanto para agricultura ecológica como para biodinámica. “Corta la ceniza”, expresa el propio agricultor, “en calabacín con las primeras manchas la ceniza corre mucho, pero con Fungisei se evita que se siga desarrollando”.
Efecto choque, activación de defensas y antagonismo
A continuación Leopoldo Iván Rodríguez, delegado técnico de Seipasa en Almería, nos explica el efecto choque de Fungisei, a través del bacillus subtilis seleccionado por la empresa valenciana: “Tres efectos antibióticos: segrega iturinas, que impiden la reproducción del hongo patógeno; segrega surfactinas, que interfieren en la integridad de la membrana del hongo, rompiéndola; y por último segrega fengicinas que alteran la membrana celular del patógeno”.
Además de estos efectos para el control de la ceniza sobre el cultivo, conocemos otros modos de acción de Fungisei, como la activación de las defensas de la propia planta o el antagonismo. Esto último significa que el bacillus subtilis ocupa el espacio de la hoja antes que el hongo patógeno, impidiendo así su proliferación.
Tecnología Furity
Para este fungicida microbiológico Seipasa ha empleado su tecnología patentada Furity con la que se consigue encapsular el microorganismo que da vida a Fungisei. “Se crea una estructura molecular que envuelve al bacillus, evitando que se degrade, y posibilitando su mezcla sin problemas con otros productos”, describe Leopoldo Rodríguez.
Gracias a esta tecnología las moléculas de la bacteria permanecen inactivas hasta que no entren en contacto con el agua. Es una gran ventaja de cara a la logística y almacenamiento del producto.
Fungisei está registrado para el control de enfermedades aéreas. Es un producto que no mancha, que mezcla bien, sin plazos de seguridad, una herramienta de residuo cero que atrasa el envejecimiento de la planta y está autorizado para producción orgánica y biodinámica.
Premio Nacional de Innovación
Investigación. Es el ADN de Seipasa en un portfolio merecedor hace dos años del Premio Nacional de Innovación, como pyme más innovadora del país.
Con Leopoldo y Antonio hablamos de otros productos dotados de ese mismo ADN, como el enraizante Radisei, que está desarrollado a partir de una cepa exclusiva y propia de Bacillus subtilis de Seipasa que ayuda a desbloquear micro y macronutrientes para su absorción por parte de la planta; de las piretrinas de Pirecris; o de Septum, un botánico para control de patógenos. Pero no, hoy el protagonista es Fungisei, que después de varios años está ya registrado en España.