El sistema radicular y el desarrollo del cultivo: cuando lo invisible se convierte en lo más importante
La historia está llena de grandes genios que nunca lo hubiesen sido sin la presencia detrás de ellos de un gran hombre o una gran mujer. Existen grandes líderes políticos, científicos o deportistas cuyo legado no se entiende sin la ayuda y el apoyo de ese ser discreto a su lado. Es el poder de la invisibilidad.
La agricultura, como cuerpo vivo, guarda multitud de analogías con la vida real y, como tal, también atesora elementos imprescindibles a los que, en muchas ocasiones, no se les presta la atención que merecen. Quizá el caso más claro lo encontramos en el sistema radicular, la parte más invisible de la planta, pero no por ello menos importante.
Pensando en ese desarrollo radicular, tan esencial para la salud de la planta, Seipasa ha diseñado Radisei, una nueva solución creada para favorecer una óptima puesta en marcha del cultivo y asegurar una producción final de alta calidad a partir de la bioestimulación radicular.
Las raíces son un elemento clave en todas las etapas de desarrollo del cultivo. La parte vegetativa y los frutos no son más que el reflejo del estado del sistema radicular. Trazando un símil con el cuerpo humano, las raíces ocuparían el lugar del cerebro y, si entramos en este terreno, ya saben lo que dice la famosísima cita latina de mens sana in corpore sano.
Ese papel determinante de las raíces comienza a contar desde el momento de la siembra o trasplante. Debemos generar el entorno para el adecuado establecimiento del cultivo, además de ayudar a la planta a minimizar el estrés que provoca la instalación en un medio nuevo y hostil en el caso del trasplante. El objetivo es generar las condiciones óptimas para el desarrollo de la planta.
Radisei está desarrollado a partir de una cepa exclusiva de Bacillus subtilis. Esta bacteria promotora del crecimiento (PGPR) permite mejorar la arquitectura del sistema radicular a través del crecimiento de nuevas raíces y pelos absorbentes que ayudan a la planta a un mejor aprovechamiento de los recursos del suelo.
Bioestimulación del sistema radicular
Su aplicación permite el desbloqueo de micro y macronutrientes esenciales en el suelo, lo que ayuda a que el árbol los absorba y los asimile mucho mejor y de la forma más eficiente. En otras palabras, la planta gana en capacidad de exploración del terrero, es decir es más eficiente en la absorción de nutrientes y se encuentra en mejores condiciones para hacer frente al estrés que se produce, por ejemplo, después del trasplante.
Radisei también contribuye a una mejor respuesta frente a diferentes tipos de estrés en entornos complejos en cuanto a temperatura, salinidad y estrés hídrico. Se trata de un producto registrado en el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación y certificado en agricultura ecológica bajo normativa UNE.
Asimismo, la relación simbiótica que se establece entre el cultivo y los microorganismos provoca multitud de reacciones específicas que mejoran la producción. Así lo reflejan los resultados de los ensayos técnicos que avalan la acción del producto en calabacín y pepino.
El gráfico 1 revela un incremento del 89% de la producción frente al control en aquellas parcelas tratadas con Radisei.
Los resultados del ensayo avalan la acción del producto sobre el aumento de la capacidad de producción de la planta. Radisei interviene en la generación un sistema radicular mucho más potente y ramificado que, en su traslación y efecto sobre la parte aérea del vegetal, mejora la capacidad de producción de la planta.
Gracias a la acción del producto, la planta soporta una mayor carga de frutos, a pesar del estrés que ello genera, y reduce sensiblemente la cantidad de posibles abortos. Los resultados sobre la producción final son evidentes.
En la misma línea se sitúa el gráfico 2, que en este caso se centra en el cultivo de pepino, y que revela un incremento del 45% en el rendimiento total de la producción frente al control.
Bacterias promotoras del crecimiento
Radisei proporciona un efecto bioestimulante gracias a la acción de las bacterias promotoras del crecimiento PGPR que incorpora en su formulación. Presenta un doble modo de acción que, en el suelo, provoca la solubilización de potasio, la fijación de nitrógeno atmosférico y la producción de sideróforos. En la planta, la actividad microbiológica del producto establece una relación simbiótica con la raíz y promueve la producción de metabolitos secundarios que impactan positivamente en la fisiología del cultivo, aumentando la capacidad fotosintética y la asimilación de nutrientes. Al mismo tiempo, las bacterias PGPR forman un biofilm alrededor de la raíz que actúa como barrera protectora.
Tal como señalábamos en la introducción del artículo, lo que sucede en las raíces tiene su repercusión clara en la parte aérea de la planta y en los frutos. Los argumentos expuestos hasta el momento dejan patente la acción bioestimulante de Radisei gracias a su actividad microbiológica radicular y, en consecuencia, su efecto sobre el rendimiento de la producción.
En agricultura, como en el resto de los espacios de la economía y la sociedad, conviene dar importancia a aquello que realmente tiene un efecto determinante en su interacción con el resto de elementos. Así sucede en el tema que nos ocupa, porque un sistema radicular fuerte y bien desarrollado contiene las bases necesarias para disponer de un cultivo saludable y de calidad.