Desde 2014, Vicente Peris ha recuperado 7.500 kilos de garrofón seco, y parte del mismo ha llegado al mercado inglés y suizo. La empresa valenciana desarrolla este proyecto colaborando con agricultores locales, con el objetivo de potenciar su cultivo y contribuir a que estas variedades pervivan.
Las huertas del litoral de la Comunitat Valenciana son donde mayoritariamente se cultiva el auténtico garrofón valenciano, una leguminosa que estuvo cerca de desaparecer, pero que en los últimos años ha recuperado energía gracias al empeño de productores locales.
La empresa valenciana Vicente Peris lleva desde 2014 apoyando la recuperación del garrofón valenciano y para ello colabora, temporada tras temporada, con hasta 10 productores locales que le proveen de este ingrediente esencial en la paella valenciana. En Peris valoran esta colaboración como un trabajo en equipo, lo que les ha permitido recuperar 7.500 kilos de garrofón seco de las tres variedades reconocidas por la Asociación de Productores de Garrofón Valenciano: garrofón pintat, garrofón ull de perdiu i garrofón de la cella.
“La decisión la tomamos de manera muy fácil, porque la recuperación de las variedades valenciana de garrofón es algo que nos mueve, sin embargo no estuvo exenta de complicaciones a nivel productivo, porque el volumen que podemos ofrecer al mercado es mucho menor que si siguiéramos comercializando el garrofón de Perú, que es el más extendido”, comenta Alberto Montaña, director general de Vicente Peris. “No obstante”, añade, “teníamos claro que ese era el camino que queríamos seguir, porque la calidad es inigualable y porque estas variedades y su cultivo local no debería perderse jamás”.
De abandonar el cultivo garrofón a incrementar su producción
Varios productores locales han incrementado el volumen de producción de garrofón valenciano gracias a la colaboración con Vicente Peris, es el caso de Javier Orts Molins, de Verdures Gorrito, S.L., un joven agricultor de segunda generación que hace unos años tuvo que dejar de cultivar garrofón porque no encontraba mercado.
“Peris nos pidió retomar el cultivo del garrofón y lo hicimos, porque contar con una empresa de este nivel te asegura un respaldo, y que lo que estás plantando va a tener salida. De hecho, para el próximo año me planteo incrementar el volumen de cultivo”. Javier reconoce que encontrar apoyos así en el sector no es fácil, ya que lo habitual es que “se prime el precio frente a la calidad del producto”.
El caso de la productora Rosa Samper es diferente, ella llevaba 20 años trabajando con Peris en la producción de cebolla tierna, pero nunca se había dedicado al garrofón. “Cuando desde Peris me propusieron que plantase garrafón, no lo dudé, yo tenía unos campos que podía dedicar al cultivo y contaba con la seguridad de que me iban a comprar la producción. Ahora ya estoy planteándome incrementar los kilos y, más allá de la visión de negocio, me gusta sentir que contribuyo a que este cultivo no se pierda”, comenta Rosa.
El garrofón valenciano comercializado por Peris ha logrado traspasar fronteras y en la actualidad su demanda llega incluso desde Inglaterra y Suiza. No obstante, cubrir estos pedidos solo es posible en años de buena producción, lo que lo convierte en un producto aún más selecto y deseado.
La productividad suele ir asociada a la complejidad de su cultivo, ya que es un producto muy sensible a la climatología, especialmente a las olas de calor que se dan durante el verano y que afecta directamente a la flor, evitando por tanto que prospere el fruto.
Estudios de germinación para complementar la labor de recuperación
Todas las temporadas, Vicente Peris selecciona y guarda un porcentaje de granos que utilizará en las plantaciones del próximo año. Esas semillas, que se guardan correctamente almacenadas a temperatura controlada, se entregan en el momento de la siembra a los agricultores con los que colaboran para que procedan a su cultivo.
Esta fase se complementa con estudios de germinación para determinar las condiciones óptimas de almacenamiento, cuyo porcentaje de éxito es actualmente del 96%. Este procedimiento controlado ayuda a la pervivencia de estas variedades tradicionales y a la mejora constante de sus frutos y cualidades organolépticas, porque la selección se hace únicamente de las semillas mejor formadas y de mayor calidad.
El trabajo con semillas de variedades tradicionales no es nuevo para Vicente Peris, de hecho, llevan más de 20 años trabajando con éxito la recuperación de variedades tradicionales de calabazas carruécano, cacahuete y roteña valenciana, producto del que son especialistas.