Esta próxima campaña 2021/22 más del 50% de la superficie invernada de Murgiverde estará en producción ecológica. Todo un reto impulsado por una cooperativa que campaña tras campaña ha ido incrementando el número de hectáreas que han pasado de producción convencional a orgánica, e incluso en algunos casos a biodinámica.
El presidente de Murgiverde, Antonio Sánchez, nos explica a pie de finca que esta próxima campaña serán 990 hectáreas en ecológico, donde hay que incluir 80 certificadas en biodinámica. Este impulso al segmento “bio” está en su momento álgido, ya que de ese millar de hectáreas este año entran en orgánico alrededor de 200 nuevas hectáreas.
Un modelo de agricultura en la que la lucha biológica es un pilar incuestionable. “Los bichos son fundamentales para un productor ecológico, hay que ser generosos en sus sueltas”, comenta Antonio, mientras recorremos su finca de pepino tipo Almería trasplantada del 5 de julio, en compañía de la ingeniero técnico agrícola, Mar Rubio, de la empresa Biosur.
Este invernadero de las imágenes ha servido estas últimas campañas como campo de prueba de un ácaro depredador, macrocheles robustulus, bajo el nombre comercial de Trip-Soil de la casa Biosur, que se ha convertido en una herramienta eficaz para el control de trips.
Por esta finca han pasado decenas de agricultores y técnicos de distintas comercializadoras que han conocido sobre el terreno el comportamiento de un ácaro de suelo, capaz también de controlar la plaga en las partes bajas de la planta.
Así, mientras que en los meses de invierno el swirskii se va hacia las partes altas de la planta de pepino, macrocheles robustulus o Trip-Soil, se queda en la zona baja manteniendo limpia la planta. “Por ejemplo, trasplantes de octubre y noviembre con recolecciones de pepino en meses de enero a marzo y las hojas bajas de la planta verdes y sin trips es algo que ha llamado mucho la atención a quienes han visitado la finca”, describe Antonio Sánchez.
Este bicho de Biosur, que funciona principalmente en el suelo, “corta el ciclo del trips comiendo las pupas y las pre-pupas”, comenta Mar Rubio. Un ejemplo de su eficacia está en el segundo ciclo. “Así, un segundo pepino, de trasplante entre el 5-10 de noviembre, arrancará limpio de trips porque el macrocheles robustulus ha hecho su trabajo en el ciclo anterior”, añade Antonio Sánchez.
Por su parte, la ingeniera técnica de Biosur nos explica que la recomendación de las sueltas de Trip-Soil es hacerlas a las 3 o 4 semanas del trasplante “cuando haya humedad a nivel de suelo porque es un ambiente que necesita este ácaro depredador”.
Apunta Mar Rubio que son en torno a 400.000 individuos por hectárea.
Pero más allá del control de trips, el presidente de Murgiverde señala que el Trip-Soil también come otros insectos como pueden ser los huevos de moscas esciaridas, los huevos de mosca tigre o los huevos del falso gusano del alambre.
Estando en la finca de un productor que es ecológico desde hace nueve años podemos observar interesantes plantas de albahaca tailandesa, de manzanilla o lobularia. La conversación nos lleva a hablar de crisopas, aphidius o aphidoletes, incluso de preparados biodinámicos, como el 500 o el 501. Todo un universo de jugosa e interminable conversación agronómica.