Merma de kilos en todos los productos por el intenso frío
El descenso de la producción se traduce en una subida de los precios, que sólo es fruto de la escasísima disponibilidad de producto. La actual situación podría hundir la rentabilidad para empresas y agricultores
La campaña no da tregua a los agricultores y empresas del sector hortofrutícola en las provincias de Almería y Granada. La borrasca Filomena está dejando temperaturas mínimas récord en toda España, también en el sur. Lluvia y nieve caen sin cesar a lo largo de toda la semana y en estas condiciones los cultivos no ofrecen los rendimientos previstos. El temporal está siendo de los más duros que se recuerdan durante décadas y la situación amenaza con mantenerse incluso durante la próxima semana.
La producción ha caído de manera muy considerable y está afectando a todas las referencias: tomate, pepino, calabacín, berenjena, pimiento … Lo único que no se desploma son las pizarras de precios, pero las altas cotizaciones son sólo fruto de la elevada escasez de producto. En la situación actual no hay capacidad para abastecer toda la demanda que existe, ni siquiera para atender la mayor parte de los acuerdos comerciales que ya tenían cerrados las empresas de comercialización.
El intenso frío mantiene paralizado el crecimiento de las plantas y de sus frutos y a la vez amenaza con provocar daños que podrían ser irreparables a estas alturas de la temporada. En campo, los agricultores no tienen kilos suficientes para recolectar, y en los almacenes de confección no entra bastante producto como para dar salida a todos los pedidos. El resultado es que una vez más las cuentas no salen, porque a pesar de los ‘buenos’ precios del momento, el volumen no alcanza a dar rentabilidad al sector.
De acuerdo con el análisis efectuado por el profesor del departamento de economía y empresa de la Universidad de Almería, Juan Carlos Pérez Mesa “en términos porcentuales los productos que muestran un mayor incremento son: berenjena, calabacín y pepino. Estos productos prácticamente han doblado su precio en una semana. El precio del tomate crece casi un 60%. El pimiento es el producto con menor aumento (un 17%)”.
Los datos semanales de seguimiento para tomate y pepino de los que dispone Coexphal reflejan que la subida de precios se debe a una caída muy significativa de la producción. Pérez Mesa señala que el en caso del tomate “el descenso durante la primera semana del año es del 27% y la misma cifra se mantendrá durante la próxima semana”. Parecido es el comportamiento del pepino, cuyo volumen podría caer un 30% en la semana 2 de este año. En el caso del calabacín y la berenjena se espera un comportamiento parecido para los próximos días.
El profesor de la Universidad de Almería recuerda que “aunque el incremento de precios es siempre una buena noticia, no lo es tanto cuando éstos superan el umbral al que el cliente decide dejar de comprar”. Además, el importante descenso en el número de kilos también compromete la rentabilidad de los agricultores en un momento crucial para la campaña. Históricamente, en la semana 2 se comercializa el 3% de la producción total, con un valor de 75 millones de euros.
Todo apunta a que esta situación tan complicada se pueda alargar en el tiempo, ya que las malas previsiones meteorológicas se mantienen y una vez superadas los cultivos necesitarán un tiempo prudencial para volver a regular sus producciones. Llueve sobre mojado, nunca mejor dicho, para el sector de las frutas y hortalizas.
La meteorología está llevando al sector a situaciones extremas en muy poco tiempo, mucho más que en años anteriores. Jan van der Blom, responsable del departamento de técnicas de producción de Coexphal advierte de que hemos pasado por “temperaturas excesivamente altas hasta la mitad de diciembre, a heladas después de Navidad, mientras que los Reyes Magos nos trajeron prolongadas lluvias”.
Los daños por frío se manifiestan de varias maneras, según el microclima de las diferentes zonas de producción. El también entomólogo, explica cómo en los puntos de la provincia más alejados de la costa, como Campohermoso y Berja, ha habido noches con heladas, llegando hasta -4ºC al final de diciembre. «Ha habido pérdidas por congelación en muchas fincas llegando a afectar al 20% de las plantas. En algunos casos, con plantas relativamente jóvenes, se ha perdido el invernadero entero”. Además, señala que “en Berja, las heladas han adelantado el final del cultivo de pimiento en muchos sitios”.
Jan van der Blom advierte que “el frío provoca que los puntos de crecimiento se debiliten, dificultando la floración o cuaje durante una larga temporada. Ante esto, muchos productores que tenían previsto realizar una campaña larga de tomate, se ven obligados a cortar las plantas pronto para realizar un cultivo de primavera”. Por si esto fuera poco, las lluvias actuales pueden provocar enfermedades de hongos y bacterias, afectando gravemente a plantas ya debilitadas.
El escenario actual se ve agravado por los antecedentes de la actual campaña. Ya en noviembre, el exceso de producción, debido a las altas temperaturas produjo una caída de las cotizaciones en origen muy por debajo de los costes de producción. En diciembre, las primeras heladas se llevaron por delante más de 100 hectáreas en el Campo de Níjar. A todo esto, hay que unir que la escasa rentabilidad ha obligado a muchos agricultores a terminar con sus cultivos y adelantar las siembras pensando en la primavera.
El pasado 2020 fue un periodo muy duro para el sector hortofrutícola, que tuvo que hacer frente a la pandemia redoblando esfuerzos y blindándose para garantizar la seguridad y el suministro de productos frescos a los mercados. En términos de rentabilidad hizo mella en la ya de por si debilitada economía de las empresas. El nuevo año no dibuja por el momento un panorama mejor, ya que no está permitiendo recuperar las pérdidas del primer tramo de esta campaña y no deja entrever soluciones a corto plazo.