Más de siete meses llevan trabajando diferentes asociaciones del sector primario – no solo de agricultores, sino también de ganaderos y pescadores – para consensuar una hoja de ruta común para la defensa del sector en un momento tan incierto como el actual. El objetivo también es ser reconocidos como un nuevo actor e interlocutor ante las diferentes administraciones, ya sea ante las Consejerías de las distintas autonomías como ante el Ministerio de Agricultura.
Estas asociaciones, muchas de ellas creadas en los últimos años, no son reconocidas en la mesa de diálogo o interlocución, ya que las Administraciones solo reconocen a las organizaciones tradicionales. Así que todas ellas han empezado a unirse en torno a un documento común sobre la soberanía alimentaria española y en la rúbrica ya están Anseprim, Fenapa, Aseprex, Agricultura Viva en Acción, Plataforma por un precio justo auténtico, Asolite, Adaribera, Agricultores del Noroeste de Cádiz, Biotech Rural y la Unión de Agricultores Independientes (UAI). De hecho de la mano de estos últimos se han adherido a su vez Agricultores Independientes de Almería, UAI de la Costa Tropical y Baja Alpujarra, UAI Málaga y la recién constituida UAI Mujeres del Llano.
Además en las últimas horas se han incorporado más entidades, como AEA, Unión y Fuerza Transportistas, Acyre Extremadura, Asociación de Agricultores Almerienses, Asociación Local de Agricultores de Nules, Agricultores de Moncofa y Asociación Bee Garden.
En este momento otras asociaciones están debatiendo adherirse próximamente a este movimiento en torno a la hoja de ruta llamada ‘Nuestro Camino’. Un extenso documento en el que se recogen ideas motrices como las relaciones con los terceros países, punto en el que solicita la “paralización inmediata del acuerdo de UE con Mercosur, anulación de los acuerdos en materia agrícola, ganadera y pesquera con todos los países por lo que se refiere a las importaciones, haciendo prioritarias nuestras producciones y solo en caso necesario aceptar importaciones cumpliendo las normativas europeas en materia FITOSANITARIA Y LABORAL, aplicando las cláusulas de salvaguarda y aranceles necesarios para salvaguardar los sectores primarios y el mundo rural en general, así como la implantación del tratamiento en frío de todos los productos perecederos procedentes de países terceros”.
Otro aspecto fundamental son los precios: “Que se fije un precio mínimo del producto partiendo de garantizar a los productores costes de producción para la categoría 3ª en las categorías 2ª y 1ª efectivamente tendrán un precio superior con el cual se obtendrá el beneficio empresarial necesario como cualquier actividad y beneficiando al consumidor para poder adquirir las diferentes categorías de un producto a precios diferenciados”.
A continuación el etiquetado de los productos agroalimentarios: “Para los productos no europeos, se exigirá un etiquetado CLARO y fácilmente identificable sobre el origen del producto, entendiendo por origen el país donde el bien ha sido producido o criado. (No, donde haya podido ser envasado, transformado o comercializado). -Se denunciará severamente los incumplimientos en materia de etiquetado por las Administraciones Competentes”.
Seguidamente se abordan cuestiones de investigación y desarrollo, seguros agrarios, medio ambiente, simplificación de normativas y ayudas, e incorporación de jóvenes al sector primario: “La realidad es que muchos de los que se incorporan, aún con ayudas recibidas, tienen que abandonar su actividad quedando en muchos casos con préstamos impagados debido a precios de venta inferiores al precio de coste, inclemencias que no son cubiertas por el seguro, en definitiva, nada de esto es posible si no se llevan a cabo los puntos anteriores”.