¿Es posible que una desaladora en lugar de extraer el agua del mar lo haga de aguas subterráneas? Cuesta trabajo creerlo, pero es lo que sostienen agricultores y vecinos de la Vega de Almería que ayer presentaban en la plaza Vieja de la capital sus alegaciones al plan municipal que prevé incrementar la actividad de la desaladora de la ciudad de Almería.
Se han presentado 645 alegaciones de particulares más otras cinco pertenecientes a las asociaciones que ayer concurrían en el registro como son Norias y Pozos del Término Municipal de Almería, la Asociación en Defensa de la Agricultura Almeriense (ADAA), Comunidad de Regantes del Bajo Andarax, asociación Bomar y Plataforma Vega de La Cañada.
Pozos sin agua
Lo que está en juego es el futuro del tomate y de la agricultura de la Vega de Almería. Los agricultores y regantes, a través de las diversas alegaciones, piden a la administración competente que la desaladora realice la actividad para la que fue diseñada en su proyecto inicial, esto es, extraer y desalar exclusivamente agua del mar (no solo una parte, sino su totalidad); y no hacerlo de sondeos en tierra firme, ya que dichas extracciones están perforando – según los regantes – agua del acuífero del Bajo Andarax, ya de por sí diezmado.
El temor de comuneros y vecinos se acrecienta ahora porque el plan municipal prevé que la desaladora de la capital pase de usar 2 bastidores, como emplea actualmente, a utilizar en breve 5 bastidores, con lo cual el riesgo de sequía en los pozos se multiplicaría.
“A lo que sí nos oponemos de manera categórica es a que la desaladora se abastezca, a través de sondeos, en tierra firme, de más de 19 pozos, que están secando el acuífero del Bajo Andarax, declarado sobreexplotado”, se afirma en uno de los párrafos de las alegaciones de los agricultores de la vega.
Testimonios
“Llevamos un par de años notando cómo van bajando nuestros pozos”, describe María, una productora de tomate de la vega, “pero si se pasa a 5 bastidores (3 más de los actuales), el problema irá trasladándose también a los agricultores de zonas más del interior, como Los Llanos, y así a todos los de la comarca”.
La alegación de esta agricultora es una de las 645 presentadas a título particular. Son todas muy similares, incluyendo las de las cinco asociaciones arriba mencionadas. “Queremos que se haga un estudio de impacto sobre el lugar en el que la desaladora está sacando ahora el agua y también un estudio de cómo afecta a todos los pozos”, añade María, “en definitiva queremos que el agua de la desaladora se extraiga directamente del mar”.
En términos muy similares se expresa Pedro Cabeo, vicepresidente de la Asociación en Defensa de la Agricultura Almeriense (ADAA): “Es muy sencillo de entender. Una desaladora de agua de mar como su nombre indica tiene que ser eso, una desaladora de agua de mar; y no de aguas subterráneas que afectan a nuestro acuífero y deja secos a nuestros pozos”.
El presidente de Norias y Pozos del Término Municipal de Almería, Pepe del Águila, ahonda en esta misma idea: “Cuando la desaladora ha aumentado su extracción, los pozos se han secado”, así que el temor es máximo si incrementa su actividad en los próximos meses con otros tres bastidores más “porque nos vamos a quedar sin agua para regar”.
“Tenemos un acuífero declarado sobreexplotado hace casi 40 años y sin apenas sobrecarga. Es imprescindible que se haga un estudio de impacto medioambiental serio y riguroso porque los dos bastidores actuales ya han mermado en calidad y cantidad el agua del acuífero. A este paso, y con otros tres bastidores previstos más, el agua en la vega de Almería está en claro peligro de desaparecer”, explica Paco Belmonte, miembro de Norias y Pozos.
Cuando un acuífero se pierde, su recuperación se calcula en décadas (en plural).
POSDATA. En todo momento los agricultores han dejado muy claro que es un asunto totalmente despolitizado, donde no hay ni colores ni partidos políticos, sino que se trata de un asunto técnico que afecta al principal pilar de la economía almeriense, su agricultura.