FIRMA INVITADA.- Por Cristina Ramos. Directora de Comunicación Agencia CopilotoAD
La relación de Valencia con la huerta se remonta a más de 1.000 años de historia, y no es de extrañar. Una tierra fértil con unas condiciones inmejorables que son capaces de producir hasta 3 y 4 cosechas anuales de sabrosas hortalizas.
Un trabajo y una relación que ha modelado el paisaje creando un espacio único que forma parte del perfil de la ciudad y que nos desgrana la historia de la cultura valenciana.
Sin duda, durante siglos la huerta ha sido parte vital del desarrollo y el futuro de la ciudad, pero hoy en día no deja de ser menos trascendente y determinante en el futuro de la misma -como la actual situación del Covid ha demostrado-.
En lo que refiere a la sostenibilidad, la Huerta de Valencia posee un valor inestimable: provee de sustento tanto a agricultores como a pescadores pero, además, alberga una gran variedad de aves, peces y plantas clasificadas como raras, endémicas o en peligro de extinción.
Por estas razones, la Huerta de Valencia es el cuarto sitio español en la lista de Sistemas Importantes del Patrimonio Agrícola Mundial (SIPAM) de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y Agricultura (FAO) y, además, la Agencia Europea de Medio Ambiente lo ha reconocido igualmente como uno de los seis espacios hortícolas mediterráneos y metropolitanos protegidos.
Además, como dato destacable, Valencia es una de las pocas ciudades del mundo que pueden disfrutar de un espacio agrícola periurbano tan extenso y variado. Miles de hectáreas, repartidas en pequeñas explotaciones, dedicadas al cultivo de hortalizas y cítricos. Huertos conectados por caminos y senderos para recorrer, desconectar de la ciudad y conectar con la tierra.
En 2019, gracias al Plan de Acción y Dinamización de la Huerta de Valencia (PATHV)[1] que un año anterior aprobó el Consell, desde CopilotoAD tuvimos la oportunidad de aportar nuestro granito de arena para ayudar a revalorizar la Huerta de Valencia y ofrecer vías alternativas de desarrollo compatibles con la agricultura.
Esta intervención que se materializó en dos proyectos («Turismo de la huerta” y «Miradores de la huerta”), se ha puesto aún más en valor tras la experiencia del confinamiento que hemos sufrido en estos meses, lo que nos ha llevado a desarrollar una nueva pieza con la que mostrar las opciones de una nueva forma de turismo y de vida.
Proyectos que generan vida
En CopilotoAD nos gustan los proyectos que generan vida, porque al final son los proyectos con los que puedes conectar emocionalmente y recibir algo que no se paga con dinero: las experiencias.
Por este motivo, cuando recibimos el encargo de la Mancomunidad del Carraixet -en colaboración con la Diputación de Valencia y Turismo de la Comunidad Valenciana- para realizar este plan de comunicación, quisimos hacerlo con la huerta y sus productos en el centro de todo, porque eso es la vida…
Y para ello, trabajamos con los agricultores, restauradores, guías turísticos y representantes de las instituciones. Porque nuestra meta era aún más ambiciosa: queríamos que a medio plazo repercutiera directamente en la renta de los agricultores.
Para ello decidimos trabajar paso a paso. Lo primero fue articular y documentar la oferta gastronómica, mercados de productores, repostería tradicional, ciclo rutas turísticas, oferta cultural y patrimonio histórico.
Desarrollamos herramientas de comunicación y submarcas para el producto gastronómico que en esta primera fase iban dirigidas al público profesional (teníamos que crearles las herramientas!!!). Guías, planos ilustrados de la zona, sales folder, asistencia a ferias, eventos de presentación y una website donde aglutinamos todo el producto.
[1] El PATHV fue aprobado en 2018 por el Consell como un instrumento para abordar la gestión sostenible de la Huerta de Valencia y cumplir los objetivos de preservar, regenerar y dinamizar la huerta según establece la Ley de la Huerta.
En una segunda fase, una vez presentado el producto a los operadores, comenzamos con las herramientas y acciones dirigidas al turista potencial: los propios habitantes de Valencia y los visitantes a la ciudad con estancias superiores a 3 días.
Entre ellas destacan el desarrollo de diferentes piezas audiovisuales para lanzar el destino, así como la creación de diferentes productos como ‘Probamos la huerta’ (Tastem l’horta un Club de Producto Gastronómico cuyo objetivo es dar visibilidad y representar a la gastronomía de la huerta en el mercado turístico), las Experiencias de la huerta (diferentes y variadas propuestas que van desde rutas en bici a mercados de productores, arquitectura, pelota valenciana o música) y la creación del primer festival de diseño y cultura de la huerta: Miradores de la huerta, un festival que sirve de plataforma de difusión de los valores de la huerta, así como de atracción turística.
¿Cómo hacer que se volviera a mirar a la huerta?
Necesitábamos fijar el foco de atención sobre la huerta valenciana pero sin caer en los tópicos del dramatismo de la situación. Queríamos que la gente volviese a la mirada a la huerta pero que lo hiciese con “buenos ojos” y con interés.
Y, así, nació Miradores de la Huerta, como una apuesta para atraer de nuevo las miradas sobre la huerta y crear allí un punto de encuentro que sirviese para reflexionar sobre su futuro y nuestro papel como consumidores.
En línea con el auge de la cultura del diseño en la ciudad de Valencia (la futura capitalidad del diseño, la Valencia Design Week, etc.), decidimos sacar el diseño a la huerta con esta acción pionera: el primer festival de diseño y cultura de a huerta. El festival rinde homenaje a la huerta, los agricultores y la cultura que ha nacido a su alrededor. Un encuentro para desconectar de la ciudad y conectar con un espacio para disfrutar y proteger.
El epicentro del Festival fue la instalación de 3 obras efímeras a cargo de 3 estudios valencianos. Cada uno de ellos ofreció una reflexión sobre la huerta y su futuro, la gastronomía, el papel de los consumidores o de la literatura.
Las instalaciones, colocadas en mitad de la huerta, pero accesibles sin interferir en ningún cultivo, fueron accesibles durante un mes.
En este tiempo se organizaron visitas guiadas y rutas cicloturistas dirigidas a diferentes colectivos, siempre interrelacionando la visión del diseño con la cultura de la huerta.
En paralelo se organizaron numerosos talleres, actividades, mercados y rutas gastronómicas, conciertos etc. Siempre con la huerta, el diseño y la arquitectura como hilos conductores. Con el objetivo de fomentar una visita sostenible y sin aglomeraciones, se aprovecharon diferentes localizaciones en los 7 pueblos que forman parte de la Mancomundad del Carraixet.
Innovar, comunicar, implicar… Una última reflexión para hacernos pensar
Que la huerta está amenazada, no es nuevo…. La viabilidad de la agricultura, la falta de relevo generacional y el envejecimiento de la población agraria activa, la presión urbanística, la fragmentación del territorio, la ruptura de la conectividad ecológica…
Por eso, ahora más que nunca, es necesario seguir innovando, y no solo en los sistemas de producción, de riego o tratamientos, también hay que innovar en la forma en que comunicamos y en el qué comunicamos. Tenemos que poner en valor nuestro trabajo y la calidad de lo que producimos.
Pero además, no podemos perder un punto de vista: no solo se trata de ventas, es un tema de crear vínculos. Y es por ello que tenemos que comunicar para implicar y enamorar, tanto a jóvenes que puedan incorporarse a la actividad, como a consumidores que aprecien el valor de las producciones locales o a turistas y público que busque nuevas experiencias conectadas con la tierra y los valores culturales y tradicionales.
Ya lo he comentado antes, en CopilotoAD nos apasiona desarrollar este tipo de proyectos que nos permiten bucear en los valores, en el capital humano, en el territorio…. Nos gusta sacarlos a la luz y darles brillo a través de acciones que llamen la atención por su contenido y lo que nos transmiten, más allá del diseño y la imagen que siempre cuidamos al máximo.
Hoy en día nuestros agricultores se han puesto las pilas y están a la última en cuanto a tecnología, sistemas de producción, riego, fertilizantes y tratamientos…. España, está a la cabeza en producción pero… ¿y en comunicación e imagen del sector?… eso, sin duda sigue siendo “harina de otro costal”.
Y es que, aún cuesta, pero no nos rendimos. Poco a poco confiamos en que, igual que nuestros agricultores y productores acuden a un experto en lucha biológica o en transformación digital para actualizar y mejorar sus explotaciones, también sean capaces de acudir a expertos en comunicación que les ayuden a poner en valor su trabajo y sus producciones, porque la supervivencia de un estilo de vida y un modo de producción depende de ello.
No quisiera extenderme más, solo desearles un feliz verano a todos y recordarles que, si tienen ocasión, aprovechen para recorrer algunos de los miles de kilómetros que tenemos de huertas y producciones locales por todo el territorio nacional, les garantizo que la experiencia no defraudará… ¡¡seguro!!.
Que no desaparesca