Entre el 28 y el 30 de enero, ASAJA, COAG y UPA han convocado tractoradas, concentraciones y manifestaciones en Galicia, Aragón, Castilla y León, La Rioja, Extremadura, Andalucía y País Vasco.
En la primera quincena de febrero saldrán a la calle los agricultores y ganaderos de Cantabria, Castilla-La Mancha, Madrid y Murcia.
“En defensa de su futuro” los agricultores y ganaderos de toda España, convocados por ASAJA, COAG y UPA, inician hoy la primera oleada de movilizaciones para denunciar la grave situación de falta de rentabilidad que atraviesan sus explotaciones y el hartazgo ante los ataques que están recibiendo. Galicia, Aragón y País Vasco son los primeros escenarios de las protestas. Mañana miércoles, las concentraciones y manifestaciones tendrán lugar en La Rioja y Extremadura y el jueves se sumarán Andalucía y Castilla y León.
Los agricultores no pueden más, #AgricultoresAlLimite. Los bajos precios en origen afectan cada vez a más cultivos y los costes producción se disparan (desde la semana pasada aún más con la subida del SMI); la renta agraria cae un 9% y a esto debemos añadir las dificultades para exportar (aranceles americanos, el Brexit, el veto ruso…) y el temido recorte de las ayudas comunitarias que planean desde Bruselas.
La situación de hartazgo es general y en este contexto desde las organizaciones agrarias convocantes se reclaman “medidas de apoyo que vengan a paliar los graves perjuicios que estamos sufriendo”. “Nos preocupan los desequilibrios que aún persisten entre los distintos eslabones de la cadena en la conformación de los precios y la falta de rentabilidad que sufren las explotaciones”.
En un momento en que tanto se habla del reto climático, de la España vaciada y de la necesaria vertebración del medio rural, es necesario, “más que nunca”, afirman, tener en cuenta al sector agrario, porque sin él no será posible acometer los retos que la sociedad demanda.
Desde ASAJA, COAG y UPA se pretende que con este proceso de movilizaciones, convocado desde la unidad de acción, las Administraciones competentes tomen conciencia de la gravedad del problema y se pongan en marcha verdaderas políticas de apoyo a un sector estratégico de nuestra economía, que además contribuye de forma esencial al mantenimiento del medio rural y el espacio natural.