Si el verano es la época de menos actividad en los invernaderos, en cambio es la de mayor movimiento en los semilleros almerienses. Así, que hemos querido conocer un poco más de cerca cómo se crían esas plántulas que después se desarrollan en el cultivo bajo plástico. Antonio Olivares, técnico responsable de los centros de El Ejido y Dalías de El Plantel Semilleros, nos ha ayudado a la comprensión de este trabajo en la nueva delegación ejidense, inaugurada el pasado año.

Un cepellón equilibrado es necesario para el posterior trasplante en el invernadero del agricultor. Por ejemplo, cepellones compuestos en un 70% por turba rubia, con diminutas fibras de madera que hacen la función del coco, y en un 30% de perlita para airear y oxigenar el cepellón.
Así son los cepellones que encontramos el día de nuestra visita, pero El Plantel produce en realidad todo tipo de planteles hortícolas. Convencionales o injertados con los siguientes sustratos: turba, perlita, fibra de coco y lana de roca.
Pero sin lugar a dudas lo que más interés me despertó durante el recorrido fueron los microorganismos. “Bacterias para fijarse en la raíz para que la absorción de nutrientes en el trasplante sea equilibrada”, describía Santiago Olivares.
Pudimos comprenderlo en la máquina de siembra. Esporas que se fijan en la raíz para crear un sistema radicular más potente y con más pelos absorbentes.
Otro aspecto muy importante es el de la formación del sistema radicular. Para fortalecerlo hay diferentes herramientas, bien soluciones nutritivas o recorte hídrico o la combinación de ambas. El control climático es otro factor a tener en cuenta, ya que se juega con la luz y el blanqueo para evitar la incidencia de la luz ultravioleta sobre la planta buscando así que esté más confortable.
Sin lugar a dudas, un amplio mundo de técnicas y mejoras al que nos iremos aproximando poco a poco para, en la medida de lo posible, contribuir a la transferencia de conocimiento del ‘modelo Almería’.