El fungicida biológico de Koppert evita que los hongos patógenos sean los primeros en colonizar
En la agricultura de invernadero, la desinfección es un método eficaz para eliminar los patógenos del suelo pero tiene un inconveniente. Lo habitual es que tras la desinfección el suelo sea un medio inerte sin ningún tipo de vida. La desinfección habrá eliminado los microorganismos nocivos, pero también aquellos que no lo son y que desarrollan una función beneficiosa para el suelo y para el cultivo a través de las raíces. Comunicado de prensa.-
Para comenzar el nuevo ciclo de cultivo con un suelo sano y raíces fuertes, Koppert recomienda aplicar Trianum inmediatamente después de la desinfección. Cuando el suelo ha perdido toda su vida microbiológica se corre el grave peligro de que sean los organismos patógenos los primeros en volver a colonizar ese mismo suelo que acaba de ser desinfectado y que ha quedado desprovisto de cualquier protección natural.
Para impedir que los patógenos del suelo sean los primeros en colonizar se necesita devolver cuanto antes la vida natural al suelo y crear un escudo protector en las raíces para no arriesgar el futuro desarrollo de la planta y reducir al mínimo las posibilidades de que el suelo se convierta en el medio transmisor de enfermedades que afecten a la productividad y rentabilidad del cultivo.
Para ello, Trianum ha demostrado ser altamente eficaz, ya que contiene una cepa exclusiva del hongo beneficioso Trichoderma harzianum que se desarrolla rápidamente en todo tipo de suelos y con un amplio rango de temperaturas. Trianum crece entre 8º y 34°C, y con niveles de pH entre 4 y 8,5. La cepa de Trianum, que solo produce y comercializa Koppert, es una de las pocas con autorización para su uso en agricultura ecológica. Esto es debido a que Trianum es un producto 100% natural, que no deja residuos ni en fruto ni en hojas y además es compatible con la mayoría de fungicidas, fertilizantes, e insectidas/acaricidas. Trianum no tiene plazo de seguridad ni Límite Máximo de Residuos (LMR).
Protege y alimenta
El fungicida biológico tiene una doble función. En primer lugar, protege a la planta y previene de enfermedades del suelo producidas por hongos patógenos como Fusarium, Sclerotinia, Rhizoctonia y Phytium, entre otros. En segundo lugar, Trianum alimenta a la planta porque ayuda a metabolizar mejor las sustancias nutrientes. La nutrición vegetal es muy importante porque el estrés hace a las plantas vulnerables. Las enfermedades del suelo se aprovechan de las plantas estresadas para infectarlas a través de sus raíces.
Trianum está disponible con dos formulados diferentes. Trianum-P (en polvo) se aplica siempre en la última fase del riego con una dosis aproximada de 1 kilogramo por hectárea. Trianum-G (granulado) está especialmente indicado para mezclar con sustratos y para aplicarlo directamente en cada líneo. En este caso, la dosis será aproximadamente de entre 30 a 50 gramos por cada 1.000 plantas.
Las 5 armas de Trianum
Después de la aplicación, TRIANUM® crece muy rápida a lo largo de las raíces para proteger la planta por cinco mecanismos biológicos. Trianum compite por el espacio, ya que forma rápidamente una barrera física a lo largo de la superficie de las raíces, con lo que los patógenos no se pueden establecer. Además, Trianum compite por los nutrientes, no dejando recursos alimenticios para los patógenos.
Otro potente mecanismo biológico que desarrolla Trianum es el micoparasitismo, ya que la cepa de hongo Trichoderma crece alrededor de los patógenos y produce enzimas que descomponen sus paredes celulares, desactivándolos y eliminándolos. Por último, Trianum promueve un sistema radicular más saludable, con más pelos radiculares, mejorando así la absorción de agua y nutrientes. El resultado es un cultivo más fuerte y más uniforme, especialmente cuando las plantas se cultivan bajo condiciones adversas.
Más información en www.trianum.es