Finalizada ya la feria agrícola de Almería llega el momento de dejar algunas reflexiones sobre el papel del todo y sus subconjuntos. Si el todo es la agricultura de invernadero, llamémosla ‘modelo Almería’; sus subconjuntos son las empresas (ya sean de producción, comercialización o industria auxiliar) y las personas, ya sean agricultores, técnicos o trabajadores. Pues bien, un evento como InfoAgro es necesario partiendo de la base que ese mosaico de actores tiene que tener puntos de encuentro para sumar en una misma dirección, y esta feria es el mayor de todos ellos.

A lo largo del año se suceden jornadas, conferencias, reuniones y actos de presentación de toda índole en la Almería agrícola. Sin embargo, todos ellos son inconexos, son independientes unos de otros, sin encontrar un pegamento que los una. Pues bien, InfoAgro es esa cola que une: un lugar (Palacio de Congresos de Aguadulce), una fecha (del 22 al 24 de mayo de 2019) y la posibilidad de aglutinar en este punto a todo profesional del sector que quiera acudir.


Y si no existiera InfoAgro, habría que inventarla. Con otro nombre, con otras fechas, da igual, habría que crear un acontecimiento en el que todos nos sintiésemos parte del ‘modelo Almería’. Con este argumento dejo clara mi defensa de la feria recientemente acabada y de la necesidad de seguir impulsándola y fortaleciéndola en el futuro. Porque todo sector que se precie debe tener su propio escaparate, asomar la cabeza por otras ventanas como Fruit Attraction (Madrid) o Fruit Logística (Berlín) es importante y necesario, pero tener además tu propio escaparate (InfoAgro) te hace defender lo tuyo en casa y dar valor al conjunto llamado ‘modelo Almería’.


Más presencia del exterior
Este año por el suelo expositivo del Palacio de Congresos de Aguadulce han pasado más empresas del exterior, no solo de otras regiones, principalmente del arco mediterráneo español, sino también de otros países, destacando China, Israel o Grecia. Se respiraba un ambiente más profesional que en otras ferias locales. Y especialmente interesante el área de empresas tecnológicas situada en la segunda planta.

Sin embargo, sí he echado en falta más presencia de comercializadoras. En torno a media docena conté, quizá algunas más, pero en cualquier caso lejos de ser reflejo del número total de cooperativas, SAT o alhóndigas que operan en Almería, que se cuenta por decenas. Sabemos bien que en InfoAgro no se exportan tomates ni pepinos ni pimientos, al menos no es el principal cometido; pero en una feria de esta naturaleza, cercana y radicada en el epicentro de la horticultura mundial, se construye familia, se fortalecen lazos y se hace más humano el ‘modelo Almería’ que nombraba en el primer párrafo.

La industria auxiliar sí ha desplegado todo su catálogo de productos demostrando, probablemente una vez más, que la mayor carga de I+D+i en Almería proviene de estas empresas auxiliares y no tanto de las que venden a la distribución. Echo de menos lo que antaño sí veía. Más comercializadoras implicándose con la feria de su tierra y haciendo piña. Hay que mirar también al origen, no solo al exterior, para no construir gigantes con pies de barro. Aquiles olvidó el talón. Y ya sabemos cómo acabó.


No es incompatible gastarse unas pelas en la feria que representa a todos, invitar a tus agricultores, y hacer visible que se está a la hora de la venta pero también a la hora de hacer familia. Si para Madrid y Berlín hay algunos eurillos, para hacer crecer la feria de tu tierra, InfoAgro, debe también haberlos. Y sino, la cola desaparece, el modelo se despega y la agricultura se convierte en un reino de taifas sin pena ni gloria.
Y nadie quiere eso.


