La ciudad de Valencia se ha llenado este mediodía de miles de citricultores reclamando dignidad, atención y cuidado a un sector ahogado por los bajos precios y por la competencia de terceros países. A este movimiento naranja de protesta iniciado en la Comunidad Valenciana este pasado otoño se han sumado agricultores de otras regiones, como Andalucía, Murcia y Extremadura ya que está en juego el futuro del sector primario en su conjunto.
Productores de frutas y hortalizas de Granada y Almería y de fruta de hueso de Extremadura se han solidarizado con los citricultores valencianos pidiendo la defensa de un sector hundido en los bajos precios, bajo coste, durante toda la campaña y que se asoma a un futuro incierto. Visibilidad en las calles de la capital valenciana que contrasta con una invisibilidad de medidas de acción para poner freno a la actual crisis, según los convocantes.
Los organizadores aglutinan a todo tipo de organizaciones, plataformas y asociaciones agrarias y también sindicatos, puesto que está en juego un sector vertebrador de la economía rural y que emplea a miles de trabajadores. Se han fletado 200 autobuses, y solo de la Comunidad Valenciana se han congregado productores de más de un centenar de pueblos.
Bajos precios crónicos
Calculan desde la ‘Asociación por la dignidad del labrador’ que la situación de crisis es crónica en todas las variedades de naranja. Las que operan bajo royalties han caído a la mitad de precio, según dichos datos, mientras que las variedades abiertas están en una horquilla irrisoria de precios.
El manifiesto leído en defensa de la agricultura ha pedido protección para la citricultura nacional frente a la competencia desleal de naranjas de bajo coste importadas de países extracomunitarios.