Esta semana se han iniciado los envíos de pimiento california a Estados Unidos. Desde el 1 de diciembre hasta el 30 de abril EEUU abre sus fronteras a la importación de pimiento español, bajo un estricto protocolo creado para evitar la entrada de la mosca de la fruta (ceratitis capitata). En Almería hay algo más de media docena de comercializadoras que trabajan el mercado estadounidense. MAGAR es la segunda empresa con más superficie certificada.

Ayer viernes me acercaba a las instalaciones de Francisco Maleno García, situadas en la carretera que une Las Norias con el Polígono de La Redonda en El Ejido. Allí me recibía Miguel Cazorla, que es el técnico de MAGAR encargado del programa a Estados Unidos. Cazorla me mostró el almacén a pleno rendimiento en los lineales de california rojo, amarillo y naranja que se estaban confeccionando para cargar los dos camiones que ayer se completaron con destino norteamericano.
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El producto que se exporta a este país es a granel. Pude ver cómo fruto a fruto se colocaban pegatinas PLU que piden algunos clientes con información interna y cómo todas las partidas de california con rumbo a USA se hermetizaban y ocupaban su propio espacio en las cámaras frigoríficas.
En las cajas de pimientos ya confeccionadas y listas para cargar en el camión Miguel Cazorla me mostró dos pegatinas: GGN y el código Sigpac. El GGN indica el número de GlobalG.A.P. y la trazabilidad de la partida en el almacén; mientras que el código Sigpac es un código de exportación que muestra los datos de la provincia, municipio, polígono, parcela y recinto. Cuando estos californias llegan a los supermercados de Estados Unidos llevan información tanto del invernadero en el que se han cultivado como del almacén en el que se han envasado.
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Cazorla también me mostró un documento de control fitosanitario de exportación y otros expedientes que acreditaban todos los estrictos controles que deben pasar estos envíos. Ahora entiendo por qué no todas las empresas comercializadoras operan con Estados Unidos aunque las liquidaciones sean superiores a las de los californias que se envían a Europa. Y es que la complejidad que requiere y la profesionalidad que necesita es tarea ardua y minuciosa.
Con la actual es la tercera campaña que MAGAR exporta a Estados Unidos. En este ejercicio son 19 invernaderos incluidos en este programa, 15 hectáreas y casi una docena de productores.

Envíos por avión
Un poco más tarde se nos unió al recorrido por las instalaciones de MAGAR su director general, Javier Maleno, y Juan Carlos Andreo, director comercial de Fresh Sourcing, que es el distribuidor para Estados Unidos de MAGAR.
Javier Maleno me explicó que este año la campaña ha comenzado bien – a diferencia del pasado año donde no hubo comercialización durante el mes de diciembre a causa de la ceratitis capitata – pero en esta ocasión se ha arrancado con normalidad y estima que su empresa pueda enviar alrededor de medio millón de kilos de pimiento california (rojo, amarillo y naranja) al mercado USA. Juan Carlos Andreo me describió que una vez salen los camiones del almacén pasan los controles de aduana en Almería y posteriormente viajan a los aeropuertos de Barcelona o Madrid donde embarcan, unas veces en las bodegas de aviones de pasajeros y otras veces en aviones solo de carga de mercancías.
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Los pimientos de las imágenes tienen como destino Nueva York.
Completa hermeticidad en los invernaderos
Finalmente acabé la visita acompañando a Miguel Cazorla a uno de los invernaderos que MAGAR tiene asignados para EEUU, concretamente el del agricultor Antonio Saavedra, con producción de pimiento california naranja.
El objeto era comprobar las barreras a la mosca mediterránea. Hermeticidad máxima en ventanas, bandas y cabezas de postes de bandas, más doble puerta y en el interior mosqueros.
Según me detalló Cazorla, el protocolo exige cuatro mosqueros por hectárea en el interior más un mosquero de la entidad certificadora, Agrocolor, por invernadero. Y en el exterior un mosquero por finca, de tal manera que en todo momento se tiene una radiografía de la posible o no incidencia de la ceratitis capitata. El noviembre frío que hemos tenido con una situación de bajas temperaturas y borrascas ha ayudado a que no haya habido este año mosca de la fruta. Una buena noticia para nuestro campo.
