La empresa murciana Ciagri, ubicada en Cieza, es distribuidora de la firma holandesa Greefa, que en su día -1996- fuese pionera en desarrollar y poner a la venta la calidad automática. Greefa son especialistas en fabricación de calibradores y periféricos.
El 100% de la construcción (mecánica, electrónica, informática, etc) de los calibradores es holandesa, desarrollada por los ingenieros de Greefa.
Precisión iQS
La medición de la calidad externa tiene una nueva norma. iQS registra un elevado número de imágenes de alta resolución a baja velocidad con las que se puede determinar con gran precisión la calidad de cada fruta individual. Las prestaciones del sistema iQS fijan la norma mundial y son insuperables.
“Sentimos obsesión por la innovación en el desarrollo constante del sistema: un equipo dedicado de I+D de más de 40 desarrolladores se ocupa un día tras otro de conseguir unas prestaciones nunca vistas. Gracias a la creciente precisión, se verán cada vez más defectos y más pequeños. La arquitectura del sistema iQS nos permite agregar de forma ágil, nuevos defectos a los algoritmos de clasificación”, describe Francisco López, miembro de Ciagri.
Los defectos internos son inevitables. Pero con la tecnología iFA – un avanzado sistema de medición de calidad interna – no pasan por alto. iFA no solo muestra con absoluta claridad los defectos como la vidriosidad y el marrón interno, sino también las propiedades del producto, como los grados Brix. Una luz especial penetra en toda la fruta y es recogida por el sensor de espectros. Basándose en el análisis de este espectro de luz «remanente», todas las frutas se clasifican conforme a la calidad deseada que se ajusta fácilmente a través de una interfaz muy intuitiva.
La aventura de Greefa
La aventura de Greefa comenzó en 1940 como un pequeño fabricante de carros. Rodeados por agricultores de manzanas que estaban buscando una solución para clasificar las mismas los hermanos Jacob y Anton de Greef se sintieron llamados a reinventar la rueda. Su primera clasificadora en forma de círculo, llamada «La Peonza», resultó ser todo un éxito.
Desde aquel momento ya no hubo vuelta atrás. A esa clasificadora le siguieron numerosos conceptos de clasificación y aparatos periféricos y el círculo de clientes creció sin parar. En las siguientes décadas Greefa siguió ampliando su ventaja. Se introdujeron gran número de nuevas soluciones de clasificación y embalaje. Desde mejoras pequeñas y relativamente sencillas que tenían una influencia positiva en los procesos diarios de los clientes hasta grandes innovaciones que provocaron auténticos cambios dentro del sector.
En sus más de 75 años de existencia Greefa ha desarrollado una fuerte cultura corporativa basada en la innovación, el espíritu de equipo, la orientación al cliente y la atención por la calidad.