El Danubio es ese río que recorre el continente de oeste a este, desde Alemania hasta Rumanía desembocando en el mar Negro, y pasando por una decena de naciones, entre ellas Serbia. En nuestra segunda visita de nuestro periplo balcánico, realizada a los campos de zanahorias más grandes del país, hemos podido acompañar la cuenca del Danubio que rebosa de vida y de paletas y texturas de color verde.
Junto al Danubio está el pueblo de Begeč, a unos 15 kilómetros al oeste de Novi Sad. Allí y en los municipios limítrofes el cultivo de zanahoria ha tomado cobijo, asentándose los principales productores de zanahoria de Serbia.
Son cientos de hectáreas las que recorremos en coche. En ellas Vellsam tiene implementados programas completos de fertilización. Uno de los productores nos comenta, mientras transitamos en su vehículo por varios campos que corren paralelos a la orilla del Danubio, que compatibiliza la zanahoria con el cultivo de patata y cebolla.
En el área que atravesamos hay alrededor de 130 hectáreas de zanahoria, en diferentes fechas de producción para tener recolecciones escalonadas con las que servir directamente a los clientes, sin intermediarios. También se consigue tener producto en estocaje todo el año, sobre todo pensando en los meses más crudos del invierno.
Ciclos de 90 a 110 días. Por ejemplo siembras de marzo a junio con trasplantes cada diez días. Se irá recogiendo desde junio hasta diciembre. El 80% se exporta. Estos dos grandes productores que visitamos, Janko Međed y Marko Čarnić, empezaron con la zanahoria hace 20 años, anterior a ellos la que había se importaba.
Las zanahorias de las imágenes se sembraron en julio y se recogerán a lo largo del mes de noviembre.
Tras decir adiós a los productores de zanahorias ponemos rumbo hacia Bačko Dobro Polje, unos 50 kilómetros más al norte en la provincia de Vojvodina, para conocer unos ensayos de Vellsam en floración y desarrollo de maíz. Pruebas para mejorar la calidad de la semilla y elevar los rendimientos de un cultivo estratégico para Serbia, como es el maíz, no en vano en el país se contabilizan más de un millón de hectáreas.
Luego seguiremos más al norte aún, cruzando la ciudad de Subótica y situándonos en la frontera con Hungría. Allí nos sorprendieron con un bucólico paseo en carruaje de caballos para despedir el día.