Avión desde Málaga a Zúrich, en Suiza, y desde allí conexión hasta Belgrado, capital de Serbia y que también lo fuera de la extinta Yugoslavia. Un cosquilleo de emoción en el estómago porque volar a los Balcanes no es hacerlo a cualquier lugar, sino a una región “especial” de Europa, protagonista de la historia más reciente del continente y alejada de los circuitos del turismo de masas. Vamos de la mano de la empresa almeriense Vellsam, especialista en nutrición vegetal, asentada en este país de Europa del Este desde hace años. El viaje promete.
En el aeropuerto nos recogen varios técnicos del distribuidor de Vellsam en este país balcánico. En una gran furgona ponemos rumbo al norte del país, a Novi Sad, la segunda ciudad más grande de Serbia a orillas del río Danubio y donde haremos nuestra primera noche. En los próximos días recorreremos cientos de kilómetros penetrando en la Serbia más rural del centro y norte del país, aproximándonos a las fronteras de los países limítrofes, como Bosnia-Herzegovina, Croacia, Rumanía y sobre todo Hungría.
Nos sentimos muy afortunados, Ana y yo, de poder meter la cabeza en la agricultura de esta parte del continente. Si este verano recorríamos de norte a sur toda Portugal, iniciando así nuestra apertura internacional; ahora con el viaje a los Balcanes damos un salto cualitativo fuera de la Unión Europea. Os lo iremos relatando en distintos capítulos del blog. Hoy toca conocer la producción de patatas, sector estratégico en los Balcanes, y en el que fijamos la atención.
Maglić, al noroeste, se convierte en la primera zona que recorremos para conocer el cultivo de patata. Según nos comenta un técnico local, este tubérculo cuando va dirigido al consumo en fresco lo cultivan pequeños productores, mientras que los mayores se dedican principalmente a la producción de patata para industria.
Nos adentramos en una inmensa plantación, como se observa en las imágenes tomadas por Ana. Es la mayor finca de patata para industria del grupo Pepsico en Serbia. Las famosas patatas Lay’s surgen de fincas como éstas.
Programa completo de fertirriego
El equipo de Vellsam con el que viajamos lo componen Gema Pérez, responsable de ensayos en campo; María Castillo, directora de marketing; y José Ángel Triviño, técnico comercial de la empresa almeriense. Según nos explicarán en las distintas visitas que iremos efectuando durante nuestra estancia en Serbia, Vellsam – firma especialista en soluciones nutritivas – tiene implementados en sus clientes programas completos de fertirriego.
Concretamente en el cultivo de patata Vellsam trabaja en diferentes estadios. Según me explica Gema Pérez, se están empleando productos para enraizamiento con el objeto de mejorar la absorción de nutrientes; bioestimulantes, y microelementos con aminoácidos para el desarrollo vegetativo; o también productos de engorde para la formación de los tubérculos. En definitiva, un programa dirigido a mejorar los rendimientos y la homogeneidad.
Mientras recorremos la región, me intereso por las variedades de patata y me hablan de Riviera, Carrera, Cleopatra, Liseta, Red scarlet, Volare, Bellarosa, Kondor, Kennebec, Kuroda, Aladin, Rudolph, Sifra, Arizona, Lusa, Agria y Desiree.
En la conversación me explican que la patata en Serbia ha ido perdiendo superficie en los últimos años por la competencia de otros países, como Albania y Egipto, pero sobre todo Holanda. La reducción de la superficie ha sido del 50%; sin embargo, el cultivo se ha ido profesionalizando y con menos tierras apenas se ha perdido un 20% del tonelaje. Entre los factores de la mejora de la productividad por unidad de superficie está la fertilización.
Por otro lado, en Serbia una parte de lo que se ha bajado en patata se ha compensado con una subida en manzana dirigida a abastecer un mercado sin tasas como es el ruso. Pero de todo ello hablaremos en los siguientes post. Nos marchamos de Maglić y seguimos viajando.