El Riquiño Rosado seduce por su sabor a tomate

Cruzamos la comarca de Bergantiños con María Canle, técnica de Cultiagro. Atravesamos distintas zonas, como el valle de Armeton en la provincia de La Coruña – con fincas más grandes que las que habíamos encontrado al sur en Pontevedra – superficies en torno a los 7.000 metros cuadrados con producciones a cielo abierto y también en invernadero. Nuestro primer destino es la explotación familiar de Verduras Chelín en Arteixo.

Allí nos reciben dos familias emparentadas. Saludamos a José María, Tino, Cristina y Beatriz que nos muestran el almacén situado entre varios invernaderos, donde realizan la clasificación de hortalizas, entre ellas pepino tipo francés que acaban de recolectar. Hay además pimiento dulce italiano verde, berenjenas rayadas y negras, calabacín y sus preciados tomates, tanto el autóctono negro de Santiago como el novedoso Riquiño Rosado, variedad de Rijk Zwaan promocionada por Seragra, tal y como comentábamos en el artículo anterior.

Y tenemos la suerte de poder degustarla a pie de campo. Exquisita la variedad. Un tomate rosado con una suave textura, jugoso y con un excelente contraste en el paladar. Tomate de sabor, pero con una limitada poscosecha. Sin embargo, tengo que decir que nos han regalado una cajita que ha superado ampliamente la vida útil prevista.

Recorremos después los invernaderos, uno de ellos de policarbonato de reciente construcción. En él se cultiva Riquiño Rosado, como se observa en la instantánea superior de grupo tomada por Ana.

Luego proseguimos por otros invernaderos donde hay bajo una misma estructura distintos hortícolas. Berenjenas negras, pepinos, acelgas rojas, calabacines o negros de Santiago, tomates asurcados que también alcanzan un estadio premium de sabor. Según me comentaban en el cultivo de tomate hacen un ciclo de 7/8 ramos.

El primer invernadero de estas dos familias fue construido en 1997. Fueron entonces 1.200 metros cuadrados bajo plástico, subdivididos en varias naves de 400 metros. Ahora el más reciente, el antes nombrado de policarbonato, suma 2.500 metros cuadrados.

Si más al sur, en Pontevedra, la horticultura es una actividad secundaria muchas veces; aquí en La Coruña es más habitual que sea la actividad principal. Superficies en esta área más al norte de 7.000 metros cuadrados de media, siendo frecuentes las explotaciones que superan de promedio la hectárea.

Según me explica la técnica de Cultiagro, María Canle, Verduras Chelín es un buen ejemplo del modelo que va abriéndose camino en la provincia, esto es, uso de micorrizas (plantas micorrizadas) y de microorganismos para combatir hongos de suelo y otros patógenos, y utilización del control biológico para combatir plagas, como orius para trips en pimiento o nesidiocoris para Tuta Absoluta.

Pero en la calle también hay cultivos, como kales y lechugas, que proporcionan especial vistosidad a una huerta que se asemeja a un pequeño jardín del Edén con acento gallego. Proseguimos el tour con la agradable sensación de quien se sabe afortunado por haber conocido una vez más la amabilidad y calidez de las buenas gentes del campo. Y es que en el medio rural se respira siempre mayor humanidad que en las urbes.