Por José Manuel Guerra.- He asistido estos días atrás a la Agrifood Summit de Málaga 2018 donde se han reunido una serie de empresas de emprendedores y otras ya establecidas, igualmente inversores y financiadores, y al mismo tiempo se han sucedido una gran cantidad de conferencias en un auditorio del Palacio de Ferias y Congresos de la capital de la costa del 
Sol. Simultáneamente también tenían lugar presentaciones de ideas y productos en la zona de stands de empresas en un ‘speaker conner’, es decir que – como decía un colega al que saludé en el pasillo – uno estaba perdido al poco tiempo de entrar en el recinto debido a la acumulación de cosas y temas de interés para la agricultura y el futuro de la misma, que era en definitiva de lo que trataba esta reunión.
Por tanto va a ser muy difícil que resuma ni de lejos las temáticas que se tocaron estos días en Málaga, por lo que intentaré resaltar algunas de las opiniones y charlas a las que asistí y que me parecieron más interesantes.
John Hartnett, CEO y fundador de SVG Partnerts, indicó que a diferencia de lo que ocurre en Estados Unidos de América, en Europa todo está mucho más separado y lejano. John Hartnett explicaba que él está acostumbrado a que la mayor parte de las innovaciones en agricultura y en la digitalización vengan de un único sitio: el Silicon Valley, que es un área entre San José y San Francisco en California. Además de las empresas que están en dicho lugar, algunas de las universidades con investigación punta en agricultura están también próximas, como la Universidad Técnica de California. Esto hace que los avances en agricultura en Estados Unidos se puedan aplicar con más facilidad que los avances que ocurran en algunos lugares de Europa, donde la dispersión de los avances agrícolas y las tecnologías de Comunicación e información (TICS), suponen un cierto retraso en su aplicación.
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El sr. Harnett también comentó que el reto de la agricultura para el año 2050 sería múltiple, ya que no solo tendrá que proveer de alimentos a una población mundial en crecimiento sino que tendrá que procurar hacerlo con mayor eficiencia del uso del agua, un bien limitante en todos los sitios, así como tendrá que procurar hacer unos cultivos con respeto al medio ambiente y si fuera posible, cuidando el paisaje donde se encuentra el cultivo y por supuesto con técnicas de control integrado de plagas cercano a la tendencia ecológica de la producción.
Todas estas exigencias también han de compaginarse con el control de la trazabilidad de la producción, así como con un continuo asesoramiento de la marcha del cultivo, es decir que el agricultor ha de estar familiarizado con las técnicas de digitalización y su uso.
En otra de las charlas se comentó acerca del futuro de la agricultura haciendo hincapié en la necesidad de robotización de muchas de las tareas agrícolas para poder hacer frente a la necesidad de la agricultura de precisión requerida en los próximos años.
Junto a esta mayor tecnificación de las faenas agrícolas, se debatió la mentalidad nueva que requiere en el agricultor todo este cambio, que a veces puede presentarse como una crisis, pero que si nos acercamos con inteligencia a los nuevos retos, no tiene por qué suponer un cambio negativo, sino todo lo contrario.
José Manuel Guerra
Biólogo
José Antonio Arcos