Lo que se produce se come. Y tan importante es saber cultivarlo bien, en términos agronómicos, como ser capaz de venderlo, en términos de promoción y marketing. La primera de las premisas está aprobada, incluso a veces con matrícula de honor; no así la segunda de las asignaturas, que es deficitaria, casi siempre en el límite que navega entre el aprobado y el suspenso, y rara vez con una buena nota. Alimentaria en Barcelona o el más reciente Salón de Gourmets en Madrid es una plaza en la que se encuentran compradores y vendedores en suerte de examen. Un salón en el que de algún modo hay que estar para que los productos del agro no sean low cost (el típico aprobado raspado); sino que sean tratados por su calidad (¿valor añadido?) y por tanto en la nota final estén alejados del bajo coste que imprime el suspenso. Las crisis de precios también se manejan en escenarios como el IFEMA de Madrid o la Fira de Barcelona.
En el Salón de Gourmets de 2018 hemos visitado a Rijk Zwaan y sus marcas (Sweet Palermo, MyCubies, Melón de Autor o su lechuga snack); a la cooperativa Vicasol, que ha entendido que además de frescos hay que ofrecer transformados; al macro-expositor de Sabores de Almería, donde había marcas como tomate Ibériko, la IGP Tomate La Cañada o Biosabor con sus frescos y su V gama, incluso Alhóndiga La Unión, con su línea premium dirigida a seducir al consumidor, Shybari, entre otros operadores.
Mercado de la Cosecha. Galicia
De lo anterior ya hemos publicado en otros artículos. Así que me centraré en lo que nos queda pendiente, por ejemplo, el Mercado de la Cosecha de Galicia, donde se conjugan más de una larga docena de pequeños productores locales, todos ellos con productos innovadores y llenos del hálito del emprendimiento.
Galo Celta, A horta de Teodoro, Abella Lupa, Amorodo, Arqueixal, Bico de Xeado, Casa Grande de Xanceda, Castañas Naiciña, Cortes de Muar, Milhulloa, Kalekoi, Daveiga, Orballo, Fogar do Santiso, Lutega, Facenda o Agro, Pazo de Vilane, Maeloc, Ponte da Boga y Calabizo. Todas estas firmas bajo un proyecto de responsabilidad social corporativa que pretende poner en valor y fomentar las actividades agroalimentarias del medio rural gallego.
Me quedaré con la última de estas marcas, Calabizo, un chorizo vegano a base de calabaza de pequeños productores gallegos. Keila Pousa nos atendió con exquisita amabilidad mientras Ana y yo degustábamos este chorizo, de una receta ancestral a la que se le ha sustituido el ingrediente cárnico por otros vegetales, más un toque ahumado y de picante. Sencillamente delicioso.
Hamburguesas de champiñón
Y de Galicia a Castilla-La Mancha. En la provincia de Albacete hay una cooperativa de segundo grado dedicada a la producción y comercialización de setas y champiñones, Neofungi, ubicada en Villalgordo del Júcar. A su vez está formada por dos cooperativas de primer grado, como son Champinter y Mercajucar.
En su expositor conocimos un proyecto de economía circular, desde las semillas propias hasta el autocompostaje que se hace con setas y champiñones. En el plano culinario pudimos probar y disfrutar de sus hamburguesas de champiñón. Igualmente deliciosas.
Murcia y el mundo de la alcachofa
Un salto desde La Mancha hasta la región Murcia, donde bien conocida es la convivencia de la agroindustria con la producción. Y un ejemplo es Cynara, cuya fábrica se sitúa en Mula. Según nos contaron han logrado un ciclo completo de doce meses con aprovisionamiento de alcachofa con productores de Murcia, Perú e incluso China.
Con Marieta García pudimos probar sus chips de alcachofa y varios tipos de alcachofa, en V gama, como las alcachofas a la parrilla.
A la mesa
El Salón del Gourmets es un escaparate al descubierto para inspirar una buena mesa. Entre los posibles ingredientes pondríamos sobre el mantel olivas italianas de Orto Mediterráneo junto a un buen queso cacereño de Quesería Monfrag, otra pieza quesera de Moraleda y sus quesos toledanos, bañado por un buen vino tinto de El Bierzo, en León. Y luego cerrar la velada con una ginebra sevillana (Carmona) de Puerto de Indias o uno de sus cócteles con toque picante con Beremot.
El año que viene más. Ya será 2019.
Ana Rubio