Son siete hermanos. Todos dedicados a la agricultura. Antonio Antequera se crió en una caja de tomates. Eso me decía esta tarde. Entre el invernadero y su barrio Archilla. Uno de sus vecinos, el buen amigo Ángel Magán, me acompañaba antes de caer la tarde por la zona de Aguadulce en la que ayer el viento se llevó bandas y cubiertas de invernaderos de unas diez hectáreas, entre las fincas afectadas están las de Antonio y otros agricultores colindantes.
Lo tremendo de este agricultor de 45 años es su entereza. Muchos en su lugar estarían abatidos y con un cabreo y malestar monumental; pero sin embargo este buen agricultor me decía – incluso con una prolongada sonrisa – que no pasaba nada que no fuera recuperable, que lo que se cae (o en este caso se lleva el viento) se levanta.
Así que cuando he regresado esta noche a casa no tenía el sabor amargo de otras veces en las que la meteorología se ha cebado con el campo almeriense. Me he puesto frente al ordenador con un sabor agridulce, y con la certeza de habitar dentro de un sector en el que hay auténticos héroes, no de ficción sino de carne y hueso. Para mí Antonio es lo más parecido a una persona a la que admirar. Es un paradigma de nuestro ‘mar de plástico’, agricultores que se han hecho así mismos, ya sea en una caja de pimientos o de pepinos, ya sea en el Poniente, en La Cañada o en Níjar, con ese coraje representan a los auténticos valedores de la dignidad humana y de la poca épica que pueda quedar en un mundo como el que nos ha tocado vivir.
Ayer Ana, no mi compañera, sino el temporal bautizado como Ana se llevó en el paraje de Las Palomas, en la parte alta de Aguadulce, cubiertas y ventanas de un puñado de invernaderos, algunos de los cuales recorría esta tarde. En el interior daños en cultivo, de tomate por ejemplo, y en el exterior daños en los plásticos. Sin embargo, apenas 24 horas después casi todo estaba ya reemplazado. He ahí la heroicidad de estos agricultores capaces de recomponerse en solo unas horas y volver a levantar en un día lo que la ciclogénesis explosiva ha arrasado en una mañana.
Vaya por ellos mi admiración.
Posdata. Sobra decir que aquí no hay subvenciones. A pulmón.