En el futuro las comercializadoras hortofrutícolas no venderán a todas las distribuidoras, sino que cada una de ellas elegirá a un gran distribuidor que a su vez tendrá como aliado a un gran partner-biotecnológico. Se crearán grandes conglomerados independientes entre sí y cada actor – ya sea cooperativa, alhóndiga, SAT o cualquier otro exportador – tendrá que decantarse por uno de ellos. Es la gran conclusión de la reciente charla impartida en el Teatro Auditorio de Vícar por el consultor David del Pino, con motivo de la celebración del 50 aniversario de Koppert.
Si en la actualidad las empresas productoras venden a todos, considerando que cualquier supermercado puede ser su cliente, esa opción no se contemplará en el futuro y el sector se reconfigurará a través de grandes cadenas de suministro globales. Es una posibilidad que apuntó David del Pino para explicar que si hoy día el 20% de las distribuidoras dominan el 80% de la distribución, en el futuro tan solo el 2-5% de las distribuidoras controlarán entre el 80-90% del sector.
Según esta hipótesis habrá un nuevo equilibrio de poder determinado por la distribución y la biotecnología, ésta cada vez con un papel más preeminente debido a que gracias a sus avances se elevará la productividad, se crearán nuevos productos, etc.
David del Pino enfatizó el papel de la biotecnología que avanza una nueva era de ingeniería genética en la que se puede editar, corregir, alterar, el genoma de cualquier célula de una manera más fácil. “Se podrá crear el supertomate”, sugirió, como ejemplo.
Un mundo de consumo polarizado
El consultor apuntó distintas tendencias en el contexto de un crecimiento poblacional que llevará a superar los 9.000 millones de personas en 2050. “Será necesario producir el 35% más para alimentarlos”, apuntó.
Pirámide de consumo. La dominante clase media de la década de los 80 y 90 ha ido dando paso a una pirámide más polarizada en sus extremos, tanto por arriba como por abajo. Así habrían desaparecido hoy día los comportamientos de la clase media para dar lugar a un escenario con dos polos: por un lado, la marca blanca propia de los productos que no tienen valor; y por otro lado, el segmento Premium, gama descrita por sus atributos de calidad superior, de modo incluso que según los casos se ha derivado en un consumo masivo de lujo.
Otras tendencias
La diferencia entre consumo local y ecológico que dependiendo de los intereses de cada actor se ensalza uno u otro elemento, incluso enfrentando ambas definiciones. También nombró del Pino la creciente importancia de la huella del carbono o de entidades como OXFAM que ya ponen nota a las empresas, en materias como el uso de la tierra, la situación de las mujeres o la mano de obra, entre otros temas.
Incluso David del Pino habló de las ECO Iglesias, una nueva religión que mezcla la alimentación y “otras cosas”, como puede ser la biodinámica (esotéricos), los ecologistas (dogmáticos), el comercio justo (moralizantes), salvar el planeta (mensaje de salvación), etc.
Éstas y otras reflexiones en el blog de David del Pino (pinchar aquí).