¿Qué hacemos con el verano en Almería? Desde el primer artículo sobre virosis en la zona tomatera (pinchar aquí para leer más) el tema se ha movido mucho. Se han sucedido notas de prensa de organizaciones agrarias e incluso las televisiones se han interesado por esta cuestión. La preocupación no cesa.
Llevo desde hace varias semanas preguntando a distintos actores sobre esta problemática. Y el asunto da para una profunda reflexión. No se trata solo de La Cañada, El Alquián y el campo de Níjar; sino que también afecta al Poniente almeriense. Y es en esta variable en la que quiero incidir en las siguientes líneas.
Si en la zona del Bajo Andarax, el problema se focaliza en las plantaciones de verano de tomate, que cuando son arrancadas provocan el contratiempo en el vecino (incidencia de mosca blanca en trasplantes de tomate de otoño y la consiguiente virosis que está detrás de un gran número de fincas que han sido arrancadas); el problema en el Poniente radica en las plantaciones de verano de cultivos como pepino, berenjena o pimiento. La analogía es la misma, los vecinos de dichas fincas sufren mayor incidencia de trips y mosca blanca, con las consiguientes virosis que transmiten dichos vectores. En pimiento la incidencia viene de la nueva raza de spotted (leer más pinchar aquí).
La dicotomía es palpable. El productor está en todo su derecho de poner un pimiento lamuyo en verano porque suele tener buen precio, o de poner la especialidad a la que le convida su cooperativa o SAT que tiene un programa cerrado de doce meses con sus clientes en destino y que tiene que satisfacer lo pactado. Pero por otro lado el agricultor que cura y deja descansar la tierra en verano está en todo su derecho de poder sacar un cultivo de otoño/invierno sin problemas de plagas desde el minuto cero. ¿Qué hacer ante ello?
Todo esto es el resultado de un modelo que no cierra ciclo o al menos no como lo hacía antes. El querer suministrar a los clientes producto durante los doce meses del año lleva a estas cosas (por el lado de las empresas). También el hecho de querer recuperar en verano lo perdido en los meses de frío (por el lado del productor).
Como me decía ayer un agricultor de Tierras de Almería, “no se puede impedir que se cultive en verano, pero sí habría que tomar ciertas medidas”. Medidas preventivas o un protocolo que evite situaciones de virosis como las que se están viviendo en este inicio de campaña almeriense.
LOS HOLANDESES CULTIVAN 51 semanas, nosotros cultivamos 52 jaja y mos creemos los mas listos!!!!!