El consorcio Traditom rescata los mejores tomates autóctonos del continente europeo

El sabor y la textura son algunos de los atributos de las decenas de variedades de tomate autóctono que se pueden documentar en Europa. Sin embargo, muchas veces dichas variedades carecen de las características de la genética actual, como pueden ser la poscosecha, la productividad o la resistencia a virosis. Conjugar lo mejor de unas y otras obteniendo nuevos hídridos es la premisa del proyecto europeo Traditom en el que participa como única casa de semillas la española Meridiem Seeds.

Dicho proyecto, que ya transita por su fase final, está compuesto por 16 partners, incluyendo miembros de 11 instituciones académicas, asociaciones de agricultores y varias empresas privadas. Traditom implica una red de científicos de prestigiosas universidades e institutos de investigación de seis países miembros de la Unión Europea (Alemania, Francia, Grecia, Holanda, Italia y España), de Reino Unido y de un país asociado (Israel). Estos investigadores trabajan en íntima colaboración con los productores de tomate tradicional y organizaciones relacionadas localizadas en Grecia, Italia y España.

Por ejemplo, forman parte de este equipo multinacional el Consejo Superior de Investigaciones Científicas, la Universidad Politécnica de Valencia, la Universidad de Nottingham, el Consiglio Nazionale delle Ricerche, el Institut National de la Recherche Agronomique o la Universidad de Jerusalén, entre otras instituciones.

Traditom en El Ejido

Recientemente Ana y yo visitábamos la estación de I+D de Meridiem Seeds, asentada en El Ejido (Almería), donde nos acompañaron durante el recorrido Mª Luisa García, responsable de desarrollo; Miguel García, responsable de marketing de Meridiem; e Ismael Lorente, genetista de tomate de esta casa obtentora.

Meridiem posee 4 hectáreas para investigación en este centro almeriense. Uno de los invernaderos estaba copado por un bosque de tomates de todo tipo de tipologías y variedades seleccionadas en los países participantes en el proyecto y evaluadas en campo en la finca experimental de Meridiem.

Durante los últimos tres años el genetista Ismael Lorente ha manejado más de 250 líneas de tomates tradicionales procedentes de distintos países europeos de la cuenca mediterránea. Con este fondo de material la empresa ha generado más de 1.000 nuevos híbridos y ya se dispone de los primeros resultados pre-comerciales, entre los que se encuentra un tipo marmande que conserva el sabor y la textura del marmande tradicional e incorpora resistencia a cuchara. También en fase pre-comercial el proyecto Traditom ha dado vida a un tipo valenciano con resistencias a cuchara, con mayor vigor de planta y más producción.

“Además disponemos de un cherry para ciclo corto, de calibre 30-32 mm, y que recupera sabores tradicionales gracias a la genética Traditom”, añadía Miguel García.

Un bosque de tomates

Por su parte, el genetista Ismael Lorente nos sumergió en un laberinto de calles donde Ana puedo deleitarse fotografiando variedades muy variopintas, algunas de las cuales difícilmente se pueden encontrar, y que han sido rescatadas para este proyecto. Un deleite para la cámara por sus colores y formas, deleite también para los sentidos de cualquier apasionado periodista. Por ejemplo, tomates Muchamiel, valencianos, tipo Montserrat, pera de Gerona, corazón de buey, costolutto italiano, tomates con forma de pimiento, para restregar, numerosos marmandes y un largo etcétera.

“Combinamos las líneas tradicionales con las modernas para hacer los cruces, cuidando que no haya pérdidas de sabor e incorporando otras características para obtener híbridos nuevos”, describía Ismael Lorente.

Un trabajo en el que se analizan todas las cualidades organolépticas para evitar que los nuevos materiales se alejen de los originales, “mejorando de ellos las resistencias, la larga vida, la conservación, el vigor de planta o la producción”, reseñaba Mª Luisa García.

Este proyecto Traditom también mejora el valor de estas variedades pues serán protegidas a través de las denominaciones DOP (denominación de origen protegida) o IGP (indicación geográfica protegida).