Este mes de agosto que ahora acaba Ana y yo hemos querido explorar una nueva zona de producción. Para ello nos hemos ido a Cataluña donde asistíamos a un congreso internacional de fruta de pepita (manzana y pera) que cada año se celebra en un país distinto y que en esta edición recalaba en España, Prognosfruit 2017. Aquello nos sirvió para hacer un recorrido de varios días por esta zona de fruta dulce y poder comprender mejor las similitudes con el segmento de las hortalizas y a su vez las diferencias. Amueblar bien la cabeza para luego comunicar de la manera menos errada posible.
Hay temas que siempre son comunes, como la presión de precios, el uso de determinados artículos como commodities y la búsqueda de valor añadido para vender mejor. Capítulo aparte merece el tratamiento de la fruta de hueso, como melocotón y nectarina que estos días atraviesa una profunda crisis de precios que ha llevado al sector a debatir sobre cupos de retirada. Pero me centraré únicamente en la pepita, pera y manzana, y en sus perspectivas de futuro sobre todo en cuanto a apertura de mercados se refiere. Al fin y al cabo siempre buscamos abrir nuevos horizontes con la esperanza de que nos salven de los bajos precios (…).
Oportunidades de mercado
Austria. Para los productores españoles de manzana ecológica un mercado que presenta interesantes oportunidades para la exportación es Austria, que aunque productor, su oferta es insuficiente para atender la demanda de orgánico. En caso de que España disponga de manzana ecológica, el operador austriaco la prefiere a la de origen húngaro, polaco o rumano.
India y Vietnam. La India representa una jugosa oportunidad para el envío de manzanas europeas. Vietnam ya lo es. La variedad preferida para la exportación es Gala.
Bielorrusia y Brasil. Con el veto ruso ambos mercados se vislumbraron para la pera como una salida a la imposición de Putin, aunque las expectativas hasta ahora han sido más elevadas que la realidad de los acontecimientos. Sin embargo, siguen representando una oportunidad. La cuestión está en que desde el embargo, Rusia ha dejado de comer 190.000 toneladas de peras comunitarias y hay que buscarles salida en otros mercados de consumo.
Noruega y Suiza. Estos dos son mercados de destino seguros para la pera y con demandas estables en el tiempo. Países refugio para los exportadores.
China. Potencialmente lo es, pero en la práctica apenas importa fruta extranjera.
España en fruta de pepita
Es el tercer país productor de pera europeo, el cuarto exportador; y el sexto productor europeo de manzana, misma posición en exportación. Sin embargo, España en precios va a remolque de lo que ocurre en Bélgica y Holanda. La similitud en este último aspecto con las hortalizas es casi absoluta.
Ejemplos. La producción de pera en España en 2014 se situaba en torno a las 400.000 toneladas, y en 2017 la previsión es de 312.000 toneladas. El contexto es de mucha pera barata, por ejemplo, Conferencia, que es además la principal variedad que se produce en nuestro país. Y en cuanto a consumo, mientras que en Europa se come paulatinamente más pera, crecimientos del 1,3%; en España por el contrario desciende, una caída del 3,6%. De ahí la necesidad de invertir en promoción.
Dicho lo anterior se entiende que en Cataluña estos años atrás se haya arrancado pera para plantar fruta de hueso, más económica para el agricultor y más precoz al entrar en producción. Pero con todo, la tozuda realidad de los mercados está convirtiendo en fatídico este verano que está acabando porque la fruta de hueso está por los suelos como lo llevamos observando desde hace semanas. Una profunda reflexión merece este apartado. Productores que buscan rentabilidades en otras plantaciones chocándose de bruces con la misma realidad una y otra vez: el mercado solo quiere fruta y verdura barata. Triste.