En solo unos días se decidirá el futuro de la presidencia de CASI, la mayor cooperativa española de tomate, un cultivo estratégico en Almería y en la horticultura mediterránea. Ana y yo hemos entrevistado a tres de los candidatos, a Juan Cabeo, a Ana Isabel Martin Papis y al presidente en ejercicio, Miguel Vargas. La única candidata que no hemos podido entrevistar es Josefa Miras, que no ha respondido a nuestro ofrecimiento, a nuestro pesar. En este post hablaremos del ratito que pasamos una mañana de esta semana en el invernadero de Juan Cabeo, situado junto al barrio de San Vicente, no muy lejos de CASI-Aeropuerto.
A Juan lo conocí hace unos años en distintos actos de la UPA, de hecho, es el responsable de hortícolas de la Unión de Pequeños Agricultores (UPA-Almería). Más recientemente coincidí con él en una jornada de una nueva variedad tomate tipo beef en el Poniente almeriense. Pero ahora el tema a tratar es bien distinto, ya que es candidato a la presidencia de CASI que se vota el próximo jueves día 20 de julio.
Juan me pregunta que si llevo grabadora para que “no se te escape ninguna idea”. Le comento con una sonrisa que no va a ser una entrevista clásica pregunta/respuesta, sino que será una conversación relajada con la que pretendo sacar un pequeño perfil del candidato y de sus propuestas principales. “No hace falta grabadora, llevo una libreta en la que apuntaré todo lo que me quieras contar”, le respondo. Además esto es un blog y no una estructura rígida como la del periodismo de antaño en la que el periodista es un mero instrumento de. En nuestros días el modo de comunicar ha cambiado y lo que vamos a iniciar es una conversación entre personas que aman el agro y a las que les preocupa la agricultura, seguramente a partes iguales.
Juan Cabeo es un agricultor “echao pa’lante”, en un lenguaje coloquial. Nada nuevo que no sepa todo aquel que lo conozca. Valiente, decidido y sin miedos (o de tenerlos, los esconde muy bien). Vamos al invernadero, donde Ana le hace un par de fotos, y a continuación nos sentamos en el interior de un pequeño almacén contiguo, rodeados de aperos y útiles del campo. Me gusta el escenario.
Juan es una persona que da pie a una larga conversación, pero me adelanta que en un rato viene el hombre del plástico. Así que hay que ir casi al grano. Desde el principio y hasta el final de la conversación hay una idea repetitiva en las tesis de Cabeo. “Hay que reducir costes porque de lo contrario el pez pequeño se comerá al grande. El ejemplo está en que hoy día un comercial con un móvil puede hacer mucho daño a una empresa grande como la CASI”. Según el argumentario de Cabeo, la estructura de CASI va elevando cada año sus costes, tanto en circulante como en costes de personal, “recayendo los mismos sobre los hombros del agricultor”.
Una de las propuestas que defiende para dicha reducción es la de envasar en el propio campo donde se haría el control de calidad, de modo que el género no tuviese que pasar por la CASI (aunque esto solo lo podrían hacer algunos agricultores con determinada infraestructura) sino que se cargase en el camión a pie de invernadero y de ahí hacia su destino final; o bien reducir en tiempo su paso por la cooperativa agilizando los distintos procesos. “Hay que cambiar la forma de trabajo”, afirma Juan Cabeo.
En cuanto a la subasta también habla de cambio de modelo, refiriéndose en este caso a una subasta más abierta a través del uso de las nuevas tecnologías. Una puja en la que pudieran participar compradores internacionales en tiempo real, gracias a las posibilidades que ofrece hoy día Internet o los dispositivos remotos. De este modo, para Cabeo, de la competencia resultante entre un número cada vez mayor de brokers y compradores resultaría beneficiado el agricultor que obtendría una mejor liquidación final.
Conversamos sobre la campaña ya terminada. “Se han adelantado las elecciones para aprovechar la coyuntura favorable de este buen año agrícola”, sostiene. Una buena campaña en precios que rompe la dinámica negativa de los años anteriores. Según Cabeo, los resultados positivos del ejercicio se deben al invierno tan convulso que hemos tenido que diezmó en su momento las producciones de los países competidores.
A continuación abordamos una amalgama de cuestiones. Desde el equipo técnico, Cabeo considera que hay que dotarlo con más y mejores medios; pasando por la diversificación del riesgo, Cabeo entiende que la CASI es “muy dependiente de una sola entidad de crédito” y habría que diversificar; en cambio está de acuerdo con la diversificación de productos con la entrada de otros hortícolas, como ya se ha empezado a hacer con pimiento o berenjena; hasta otras propuestas, referidas a temas de comercialización, como la posibilidad de que “los clientes que quieran contratar hectáreas, no solo kilos, puedan hacerlo” o finalmente la cuestión del sueldo que tendrá el presidente, hito histórico y que inaugurará el próximo presidente. Cabeo mantiene que si sale elegido presidente su dedicación a la CASI será exclusiva, a tiempo completo, abandonando su cargo en la UPA y su labor diaria en la finca.
Antes de marcharnos, aprovechando que no llegaba el hombre del plástico, charlamos de forma más distendida sobre sus orígenes como hijo de agricultor en la zona de El Alquián. Cabeo nos refiere algunos episodios de cuando se cultivaba tomate al aire libre, se regaba a manta o cuando ya en el cultivo bajo plástico empezó con tomate verde, rojo y actualmente rama.
Finalmente llegó el señor del plástico. Momento de la despedida. Le deseamos suerte como posteriormente en las siguientes entrevistas también se la deseamos a sus otros compañeros, también candidatos a la Cooperativa Agrícola de San Isidro (CASI).
Ana Rubio