La tierra extremeña da alimentos nobles, como sus gentes. Badajoz es una amalgama de agriculturas y ganaderías que hace de su mesa culinaria un auténtico manjar de paladares. La famosa ‘Torta de la Serena’, sus tintos (recomendables los caldos de los viñedos de ‘La Redondilla’), sus embutidos y jamones ibéricos, sus frutas de hueso y hasta sus legumbres.
En Villanueva de la Serena hay un negocio familiar, ‘La Vinoteca de Álvaro’, donde el viajero amante de la cuchara puede encontrar las denominadas ‘carillas’, unas habichuelas blancas con una puntita negra que no se olvidan jamás una vez son probadas.
Y ya que se recorre esta comarca pacense el desayuno – en Villanueva de la Serena o en la vecina Don Benito para aquellos que gusten de probar lo auténtico de cada lugar – debe ser una tostada de pan rústico con cachuela (hígado de cerdo frito en manteca de cerdo con ajo, cebolla, pimentón y otras especias).
Otra opción para arrancar con energía el día puede ser la de un pan repasado en ajo untado posteriormente con tomate (no en vano la provincia de Badajoz es la principal zona productora de tomate de industria) y bañada con aceite de oliva extremeño. Y es que el olivar es sinónimo de España, en todas sus regiones se encuentra y en Extremadura en grandes y generosas cantidades.
Para recorrer esta provincia lo recomendable para quienes quieran “ver” es salirse de la autovía y buscar vías alternativas en antiguas carreteras nacionales o comarcales. Solo así se puede entender el concepto de llanura extremeña, una estepa donde se puede escuchar el silencio y habitar en él. Pueblecitos pequeños, pero con vida, todos ellos con un rico patrimonio cultural, ya sea una iglesia, un puente o una torre defensiva situada sobre una colina.
Uno de las localidades que hay que visitar es Zafra, una población grande de 17.000 habitantes y especialmente indicada para probar lo mejor de la gastronomía de toda la región. Y como muestra un botón, ‘El Comeero de Zafra’. Este espacio conjuga en su decoración lo tradicional y lo moderno en una simbiosis ecléctica, que recuerda a esos lugares que rastrean los productores del programa ‘Tendencias’ del Canal 24 Horas, cuando quieren emitir lo más singular de la gastronomía española.
‘El Comeero de Zafra’ ofrece un aperitivo con vinos blancos, tintos y gazpachos extremeños sobre una tabla de quesos en un ambiente de bodega tradicional con música instrumental. Una parroquia gastronómica que incentiva todos los sentidos haciendo más sugerente nuestro olfato, olor, gusto, vista, tacto y oído.
A Extremadura hay que ir y volver, siempre con un hasta pronto.
El parador nacional de Zafra es recomendable y económico. Lanzas ofertas promocionales en fechas destacadas. Y es imperdonable no visitar Jerez de los Caballeros …
Nos lo apuntamos para el año que viene que volveremos a repetir por tercer año en la feria agrícola de Don Benito. Gracias por la propuesta.