Las organizaciones agrarias de ASAJA en Alicante, Almería y Murcia se han reunido esta mañana en una única plataforma, con el objetivo de establecer acciones coordinadas para resolver el problema de la falta de agua en el sureste, que esta campaña va a sufrir un déficit de 200 hectómetros cúbicos. Asimismo, anuncian movilizaciones para antes de verano si no se consiguen 400 hectómetros cúbicos para el levante español en el actual año hidrológico y la puesta en marcha de las bases para conseguir un Pacto Nacional por el Agua.
La sede de ASAJA Murcia ha acogido esta mañana una reunión con las organizaciones de Alicante y Almería en la que las tres han reclamado, como plataforma agraria representante del sureste español, que se consiga con urgencia un Pacto Nacional del Agua que dé una solución a todos los territorios con déficit hídrico. Según ha señalado el presidente de Jóvenes Agricultores ASAJA Alicante, Eladio Aniorte, “antes del verano ya no tendremos agua y es totalmente inadmisible que, siendo el sureste español la despensa de Europa y el único reducto que ha ofrecido garantías alimentarias a la UE tras los temporales que han arrasado todas las cosechas, no haya suficiente voluntad política para alcanzar un Acuerdo Nacional por el agua y los partidos políticos sigan mirando por su interés de votos. Por ello, si no se nos garantiza el acceso a este recurso en cantidad suficiente para atender nuestros regadíos, llevaremos a cabo movilizaciones conjuntas en estas tres provincias”. Asimismo, Aniorte ha vuelto a reclamar la necesidad de defender y dar continuidad al trasvase Tajo-Segura, “continuamente amenazado” y al hecho de conseguir un Plan Hidrológico Nacional que traiga agua mediante autopistas hídricas de cuencas excedentarias como el Ebro, el Duero y el Tajo Medio.
Por su parte, Francisco Vargas, Presidente de ASAJA Almería, ha recordado que este rincón de la península es reconocido por su potencial de producción hortofrutícola y que, de nuevo, ha quedado demostrado que es la principal zona productora de frutas y hortalizas para el continente europeo y sigue siendo uno de los sectores más olvidados por nuestras instituciones. El sector viene padeciendo una importante crisis de rentabilidad que ha puesto en alerta a la organización y ha llevado incluso hasta la AICA la situación de bajos precios en origen para iniciar las actuaciones de investigación oportunas frente a posibles prácticas abusivas de la distribución.
AILIMPO no es una Interprofesional
En un apartado distinto, el Secretario General de ASAJA Murcia, Alfonso Gálvez Caravaca, ha explicado que “actualmente, el sector de las Opas (Organizaciones Profesionales Agrarias) no participamos en el seno de AILIMPO, porque ha quedado demostrado que no es una interprofesional, sino una organización al servicio de los industriales, donde los agricultores ya no pintamos nada, y nos han ignorado totalmente”.
“Ante la situación que estamos viviendo en el seno de esta entidad, entendemos que AILIMPO no está actuando como una organización vertebradora del sector, sino como una plataforma al servicio de los intereses industriales, donde quieren tener a los agricultores a sus pies, y eso no vamos a consentirlo. Trabajan para bajar los precios del limón y en contra de los productores. Pero, lamentablemente, no es la única interprofesional en esta situación, ya que algo similar está ocurriendo con las interprofesionales hortofrutícolas.”, matiza Gálvez Caravaca.
Al hilo de esta reunión, las tres organizaciones de ASAJA han acordado institucionalizar y dotar de más presencia a esta plataforma y, entre otras medidas, se ha acordado realizar reuniones conjuntas, tanto en Madrid como en Bruselas, para trabajar los principales temas que nos afectan, como el déficit hídrico, medidas de mercado y denunciar prácticas desleales ante la AICA e instancias similares europeas, así como informar, tanto a las instituciones españolas como europeas, de los problemas de plagas, los problemas fitosanitarios, la ausencia de controles en puertos de entrada de productos de terceros países y la política restrictiva que se practica en Europa con la Agricultura Mediterránea.