Luz verde a la ordenanza municipal de El Ejido (Almería) que regularizará la ordenación del entorno agrario para ofrecer una imagen más acorde a la competitividad del sector. En ella se regula los sistemas de recogida de pluviales, se suman aspectos generales como la gestión de los residuos, la instalación de invernaderos o la regulación de las infraestructuras de cultivo ecológico. Establece la obligatoriedad al sector agrícola de dotar a las fincas de sistemas de recogida que absorban un volumen de agua de 35 l/m2 para mitigar los problemas de anegaciones e impermeabilidad del entorno agrícola y de la propia ciudad. Gracias a esta iniciativa, en la que el Ayuntamiento de El Ejido trabaja desde hace más de tres años, se marcarán las directrices a seguir durante los próximos años con la finalidad de modernizar y mejorar la imagen que presenta el campo. El edil de Agricultura ha explicado que «con ella, se dibujará la fotografía que buscamos para un municipio que cuenta con una agricultura muy competitiva e innovadora y cuya producción es de la máxima calidad».
El Pleno del Ayuntamiento de El Ejido daba luz verde hace unos días, por unanimidad, a la aprobación de la ordenanza municipal que regulará la ordenación y reestructuración de todo el entorno agrario para propiciar así una imagen mucho más acorde al competitivo sector con el que se cuenta. Es por ello que este importante documento haya sido adaptado a la normativa vigente y es que, en él, se normalizan aspectos tan importantes para la sostenibilidad del campo como son la gestión de los restos vegetales, la disciplina en torno a este tipo de suelo, las medidas cautelares de paralización de construcción de invernaderos o los sistemas de recogida de pluviales.
En este sentido, el concejal municipal Manolo Gómez Galera ha dicho que «se trata de un documento en el cual se ha intentado compendiar aquellas normas que afecta no solo a la ordenación para la instalación de invernaderos, sino también a otros aspectos tan importantes como puede ser la higiene rural, los excedentes procedentes del campo o la salubridad”. Por lo tanto, «el objetivo de esta ordenanza es normalizar las actividades agrícolas que se llevan a cabo en el campo, aprovechando la reconstrucción de aquellos invernaderos que llegan a su vida útil, mejorar en los invernaderos nuevos o en los ya existentes la eficiencia de los sistemas de recogida de aguas pluviales procedentes de la cubierta de invernaderos, orientándolas hacia la reutilización en la propia finca o a la recarga de los acuíferos, respetar el viario rural y aquellas escorrentías superficiales, al tiempo que favorecer la proliferación de las conocidas infraestructuras ecológicas».
Es por ello que Gómez Galera haya recalcado, de manera importante, que «lo que se persigue es un campo ordenado, limpio y en el que se lleva a cabo una agricultura respetuosa con el entorno y en la que, además, se convive con otras actividades que se pueden desarrollar en el mismo entorno». Por tanto, se pretende dibujar la fotografía que, como ha dicho, es la que buscamos para un municipio que, como el nuestro, presenta una agricultura moderna, dinámica y de una gran calidad».
El edil ha insistido en que «nuestra agricultura precisa de una normativa en la que se aborden las cuestiones más importantes y que más preocupan al sector agrario y es que ésta contempla el desarrollo de ejecuciones subsidiarias en parcelas en mal estado, la obligatoriedad de justificar la gestión de los restos domésticos generados en la propia explotación agrícola, la calificación ambiental de emplazamientos para alimentación ganadera y la declaración responsable para la autogestión de compost en la propia explotación agrícola».
Tal y como ha recordado el edil, «para la elaboración de este proyecto se ha querido contar con la aportación de todo el sector agro del municipio, para lo que se ha expuesto y debatido en varias ocasiones en el Consejo Municipal Agrario, además de forma específica se han mantenido reuniones con organizaciones agrarias, empresas de instalación de invernaderos, de movimientos de tierras y construcción de embalses, así como con la Estación Experimental de las Palmerillas de la Fundación Cajamar». Es por ello que haya incidido en que «esta iniciativa se ha engendrado con mucho respeto, trabajo e ilusión y con la amplia participación de todos los agentes implicados en la misma».
Ana Rubio