Cuando oímos hablar de las Islas Madeira nos viene a la mente sol, playa, paisajes, vacaciones e incluso para los más futboleros, el portugués Cristiano Ronaldo. La belleza de sus paisajes se debe en gran parte a que Madeira es de origen volcánico lo que hace de ella una tierra fértil, ¿Ya sabéis por dónde voy, verdad? Exacto, antes de ser descubierto por los turistas como destino de sol y playa fue una isla rural cuya base económica era la pesca y la agricultura. Hoy en día su economía depende principalmente del turismo, pero aún están los que se resisten apegados al mástil de la nostalgia y lo tradicional: la agricultura.
Si las Islas Madeira inspiran un destino turístico, sus cultivos sugieren una amalgama de color, sabor y aromas – una llamada a nuestros sentidos del paladar. Su clima permite cultivar frutas muy diversas. Nos podemos encontrar desde frutas del clima mediterráneo como naranjas, limones, uvas hasta frutales de un clima más frío como manzanas, ciruelas o cerezas; y como no, aquellas tropicales como el mango, maracuyá, pitanga, guayaba, physalis, tamarilho, etc. Y aquí es donde entra nuestro protagonista de hoy, los dulces de pulpa y chutney de “Alves de Barros»
Elaboración de mermeladas
A principios de año se puso en contacto Filipe Alves, dándonos la enhorabuena por nuestra web y gran admirador del emprendimiento que en Almería hay en el sector agrícola. Entusiasmado nos cuenta cómo, junto con sus sobrinas, fundaron “Alves de Barros”, empresa familiar ubicada en Machico, y dedicada a la elaboración de mermeladas y chutney principalmente. Con sus raíces ancladas en esta preciosa isla y aferrados a ese mástil de la nostalgia, decidieron poner en valor recetas centenarias de sus abuelos y bisabuelos, realizadas con aquellas deliciosas frutas de aromas intensos como el maracuyá, la pitanga, physali, tamarillo, etc. Y así es como esta familia logra mantener parte de la identidad de la isla, su sabor y tradición, obtenidos de la pulpa de frutas de forma artesanal y cultivadas únicamente en Madeira, mediante su producción, transformación y comercialización.
Filipe Alves nos invitó a degustar sus productos gourmet, y por ello nos envió un lote completo, para experimentar lo que con palabras no lograba describir. Desde aquí José Antonio y yo le damos las gracias. Mermelada de Physalis, mermelada de Pitanga, mermelada de Tamarillo, mermelada de maracuyá, mermelada de calabaza, naranja y canela, chutney de Tamarilho y Chutney de maracuyá. Todo lo anterior una gozada para servidora, a la que le encanta descubrir nuevos sabores y texturas.
Para aquellos que me conocen, saben que me gusta experimentar en la cocina, algunas veces con más éxito que otras y ya tenía nuevo material. Así que como lo que no tengo es mucho tiempo para cocinar compartiré con vosotros dos sencillos platos.
Bacalao al horno con Chutney de Maracuyá
El primero, fue con bacalao, hecho simplemente al horno, el toque se lo dio el Chutney de Maracuyá, que además tiene un toque picante. Tengo que decir que el delicado sabor y a su vez el intenso aroma que desprende esta fruta me encanta, por algo le llaman fruta de la pasión, pero lo que la hace especial y diferente son las especias que lleva, suaves pero intensificando aún más el carácter exótico de esta fruta si cabe. Esta vez lo combinamos con pescado, pero con la carne también hace una exquisita combinación. Por cierto, las dos cositas amarillas que hay encima del bacalao son flores de Aloe Vera, son comestibles, éstas concretamente de la almeriense Aloe Sanum.
Cuajada con dulce de Alves de Barros
El segundo un postre, puede parecer algo contundente pero os aseguro que no lo es tanto, es una cuajada, sin azúcar, con la mermelada es suficiente para mi gusto, y una pequeña base de bizcocho. Ésta, concretamente, lleva mermelada de physalis, si tuviera que describir su sabor en una sola palabra, diría elegante.
El siguiente también es una cuajada con mermelada de tamarilho. Aunque puedo intuir el sabor de estas mermeladas con una mousse de queso, la acompañaría con mermelada de pitanga , de maracuyá o mermelada de calabaza, naranja y canela.
En fin, todas están buenísimas, si tuviera que elegir una de ellas sería difícil tarea, pues cada una de ellas es especial y con mucha personalidad, juntas saben a Madeira.
José Antonio Arcos