A la familia Algaba la conocí en la feria manchega de Membrilla. Ramón representa a la cuarta generación de productores de sandías de la vega del Guadalquivir. Sus tierras están apenas a 20 kilómetros de la capital andaluza, en ellas se crían sandías de hasta 33 kilos. Increíble, pero cierto.
¿Pero no pedía el mercado sandías mini para abastecer a ese perfil cada vez mayor de familias europeas que son monoparentales? Sandías mini, blancas y rayadas para la exportación, e incluso ahora el piel de sapo mini de unos 2 kilos de peso. Esos son los perfiles. En cambio en Sevilla y en Córdoba se siguen cultivando las sandías tradicionales, esas gordas de toda la vida con pepita y que siguen teniendo demanda en el mercado nacional.
Le pregunto insistentemente a Ramón Algaba (cuarta generación) si tiene salida esta sandía. Con buen humor y la típica sonrisa sevillana en la boca me describe que la actual campaña, que terminaba en Sevilla la semana anterior a la feria de Membrilla (Ferimel 2016), ha sido muy buena. Creo que ahí está la respuesta. Sin embargo, además de buenos precios sobre la mesa me añade que “el futuro está en la sandía gorda porque se puede cortar en cuatro piezas, que es lo que piden muchas cadenas”. Incluso Ramón me dio algunos nombres de supermercados, añadiendo que esta sandía de gran calibre que se trocea hasta en cuatro partes “se aprovecha más”, al tener menos corteza, y “entra mejor en la nevera, al tener una forma achatada y no redondeada, como la sandía entera”.
Interesante, desde luego. Y sobre todo abre una perspectiva diferenciada de la que siempre tenemos al abordar este segmento. Añadimos nuevos ingredientes al debate de la sandía y sus mercados.
En la feria de Membrilla, dedicada al melón y a la sandía, había visitantes de otras provincias, como Antonio y Ramón Algaba, padre e hijo, que iban acompañados de un corredor de Sevilla, Antonio ‘el Rey’. Ramón ha sido quien me ha enviado esta amplía galería fotográfica de imágenes de la campaña actual, recién terminada en Sevilla. En una de las imágenes aparece él posando con una ‘buena sandía’ negra, y en otra su padre con un par de buenos frutos sobre los hombros antes de cargar el tráiler. Incluso en otra fotografía el nieto de Antonio e hijo de Ramón está comiendo sandía en el campo. Dando buen ejemplo.
Campaña de sandía en Sevilla: del 20 de junio al 20 de julio
Ramón Algaba me habló de que su empresa familiar este año ha producido 4,5 millones de kilos de sandía, con 200.000 kilos diarios durante muchos días. “Hasta diez, incluso doce tráiler, sacábamos cada día”, subrayaba Ramón.
“Nos sentimos muy orgullosos de nuestra sandía gorda, piezas de 15 a 33 kilos con pepitas”, añadía el productor sevillano. “¡¿De 33 kilos?!”, le pregunté reiterativamente varias veces. “Sí, sí, de 33 kilos”, fue la respuesta.
En la vega del Guadalquivir la campaña de sandía va desde al 20 de junio al 20 de julio, aproximadamente.
Y las tienen de diferentes tipologías y formatos, desde negra y rayada con y sin pepitas hasta polinizadores con valor comercial. “A Alemania hemos exportado mucha Premium”, me comentaba, mientras me señalaba en su móvil un campo recolectado con decenas de sandías de este polinizador.