Tiene mi mismo nombre y su pareja también se llama Ana. Es José Antonio Lekue, cuya finca ecológica, Goiritxu, se sitúa a muy pocos kilómetros de la ciudad deportiva en la que entrena el Atlethic Club de Bilbao. Estamos en Vizcaya visitando al segundo de los productores orgánicos que amablemente nos ha querido presentar Asier Odriozola.
Después de pasar varias horas en la explotación de José Antonio Lekue me acuerdo de agricultores almerienses de ecológico como Jesús Rincón o José Antonio Navarro. A ambos amigos, de El Ejido y Dalías, seguro que les habría encantado tener frente a frente a un agricultor que habla su mismo lenguaje y que respira sus mismas inquietudes. Porque José Antonio es ecológico y ecologista, describe con pasión la agricultura que él hace, cree que es la mejor alternativa posible. Más allá de las coincidencias o desencuentros de opinión, de los matices y puntos de vista, lo notable es conocer a una persona que cree en aquello que hace. Su filosofía vital la recrea cada día que trabaja. Es una persona que se siente libre cada vez que recorre su invernadero o amontona sus restos de cosecha para hacer compost. Lekue es un tipo auténtico, como Jesús Rincón o José Antonio Navarro.
Al otro lado del camino tiene hectárea y media de manzanos ecológicos. Pero preferimos quedarnos a este otro lado para conocer sus hortícolas, tanto al aire libre como protegidos.
Al igual que nuestra anterior anfitriona, Emeteri Berasategui, José Antonio también posee el sello del Consejo Regulador de Agricultura Ecológica de Euskadi, Eneek.
Recorremos los invernaderos y encontramos cebolla con tomate, batavia con judía verde o espinaca rastrera (hay todo el año). Ahora, a partir de junio, José Antonio pondrá lechuga en la calle. Dentro del invernadero en los meses de verano habrá berenjena, pepino, tomate, pimiento y judía. Nos habla además de cultivos de invierno como acelga, espinaca o lechugas como hoja de roble y Batavia.En primavera, tanto en la calle como en el invernadero, los dos productos que más demanda tiene José Antonio son haba y guisante. En verano tiene mucho tirón el tomate, el pimiento y la vaina (judía verde); en invierno el puerro, la berza, la coliflor y el brócoli; y en otoño, la alubia. Y por supuesto la cebolla roja de Zalla, que ya había conocido en Ekosumendi, la finca ecológica de Alonsotegi.
Asociación Gurpide
José Antonio Lekue lleva los sábados sus productos a un puesto que tiene en el mercado de La Ribera, en Bilbao. Pero lo que me sorprende es cuando nos refiere la asociación de la que es miembro, junto a casi una veintena de agricultores ‘bio’ y otros tradicionales, donde comparten espacio con los consumidores. Sí, como suena, un mismo colectivo en el que conviven productores y consumidores bajo el concepto de agricultura de responsabilidad compartida. Interesante, sin lugar a dudas este camino en el que se hace más estrecha la relación entre los diferentes eslabones de la cadena. La asociación se llama Gurpide.
Lekue lleva muchos años dedicándose a esta actividad, propia de una economía social. Así que nos habla también de Nekasarea, una red de consumidores de responsabilidad compartida. En ella a título individual el consumidor puede acceder a los productos ecológicos de proximidad.
Antes de marcharnos conocemos algunos productos elaborados a base de estas hortalizas. Lekue nos muestra mermelada de manzana, crema de calabacín o pencas de acelgas.
Una agricultura tradicional, ecológica y autosostenible, con canales cortos de comercialización, de proximidad, que se alía con los consumidores para su venta y que cualquier posible excedente lo convierte en valor añadido a través de productos elaborados. Un modelo que nos ha abierto sus puertas con cariño y humildad. Gracias.