Entre la leyenda y el mito dice la verborrea popular que el escritor e hispanista británico Gerald Brenan a su paso por el Poniente almeriense en el siglo pasado, mucho antes de que se levantase el primer invernadero, afirmó que aquella comarca era la más similar al desierto del Sinaí que había conocido, un pastizal semidesértico e inhóspito. Décadas después se obró el inicio del milagro cuando se construyó el primero de los invernaderos que llamaría a otros muchos más hasta convertir aquellas tierras sin vida en auténticos vergeles bajo el plástico. Y fue tal la transformación obrada por la mano del hombre que pasó de ser un lugar ciego a ser el único visible desde el Espacio, como explicó hace pocos años el astronauta español Pedro Duque.
Con estos mimbres solo orgullo se puede sentir al pensar en el ‘modelo Almería’. Pegado a él hay una escuela familiar agraria (EFA) que creció a su par, siendo parte de ese modelo, ya que ha formado académicamente durante cuatro décadas largas a muchos de los agricultores y técnicos de campo que han alimentado a nuestro modelo desde los primeros pasos de la década de los 70.
Esta escuela es la EFA Campomar, que este jueves por la tarde-noche celebraba en Aguadulce su fin de curso con la entrega de bandas a la última promoción de alumnos del grado superior de GOEA, Gestión y Organización de la Empresa Agropecuaria.
Y he de remarcar aquí que he tenido el gran honor de ser el padrino de esta promoción de estudiantes a los que les deseo la mayor de las dichas a partir de ahora. El mundo del trabajo es el siguiente escalón en sus vidas. Campomar presume de unos altísimos índices de inserción laboral, aunque también habrá quienes continúen estudios en el ámbito universitario. A todos ellos, unos y otros, suerte y a llevar como estandarte la silueta de aquello que nos hace únicos en el mundo: el invernadero y su universo social y cultural.
Ana ha querido inmortalizar el acto con el siguiente mosaico de imágenes. Están también los antiguos alumnos de las promociones que acabaron hace 25 y 10 años. Una gran familia.